Por: Redacción/

Debido a que en México cada estado tiene un sistema de salud propio y las enfermedades no respetan fronteras es evidente la necesidad de estrechar la colaboración para resolver los retos en la materia, advirtió el doctor Jorge E. Culebro Moreno, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

El profesor del Departamento de Estudios Institucionales de la Unidad Cuajimalpa de esta casa de estudios dijo que la problemática en el sector se ha complejizado porque hospitales y clínicas operan sin planes interestatales para detener los principales padecimientos.

Durante el Foro Federalismo mexicano. El problema no resuelto, que organizó el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), expresó que el Estado tiene el reto de mejorar la coordinación, la cooperación y la colaboración entre los distintos actores, incluida la epidemiología y las crisis por fenómenos naturales.

Durante la mesa temática de salud destacó que ha documentado algunos servicios privados con calidad deficiente, sobre todo luego de que se vinculara la atención médica en farmacias con consultas de 25 pesos y con poca o nula regulación.

Carlos Moreno Jaimes, académico del Departamento de Estudios Sociopolíticos y Jurídicos del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente, dijo que “vivimos en una sociedad desigual que perpetúa la desigualdad entre generaciones, pues la esperanza de vida de una persona se correlaciona con la de sus padres en un grado altísimo, no sólo por genética sino por condiciones sociales”.

El federalismo ha exacerbado las desigualdades en aspectos de salud y, sin embargo, no se puede prescindir de él porque sería muy difícil volver a centralizar el esquema de provisión, financiamiento y rectoría.

“Hay que seguir apostando por la diferenciación para resolver las necesidades de cada entidad, así como por una regulación estatal que responda a realidades de salud regionales con respeto al mecanismo de financiamiento centralizado.

Al respecto, reconoció que resultaría muy útil crear una tarjeta de salud que almacene el historial médico de cada persona, independientemente de donde sea atendida para así identificar el perfil de salud que se crea a lo largo de la vida.

Gabriela Tapia Téllez, investigadora de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, coincidió en que la desigualdad en temas de salud se debe en gran medida a la escasa planeación y distribución del gasto público.

La especialista en política pública, social y salud dijo que para favorecer la equidad es necesario que las entidades con mayor necesidad reciban más; sin embargo, entre los estados que menos recursos reciben se encuentran Chiapas, Oaxaca y Guerrero, mientras que la mayor cantidad de recursos se va al Estado de México, Jalisco y la Ciudad de México.

Laura Flamand, investigadora del Centro de Estudios Internacionales de El Colegio de México, concluyó que a pesar de que el gobierno federal atiende un territorio extenso con necesidades desiguales ha logrado avances notables en indicadores sanitarios básicos y un aumento considerable en la esperanza de vida, que pasó de 61 años en 1970 a casi 75 en 2015.

Las regiones más pobres de México presentan tasas más elevadas de enfermedades infecto-contagiosas y entre las entidades con mayores ingresos experimentan más padecimientos asociados a diabetes o a tumores malignos, lo que significa que el lugar de residencia de una persona influye de manera determinante en su esperanza de vida y en el tipo de enfermedades o de salud que tendrá a lo largo de su vida.