Por: Redacción/

A consecuencia de las catástrofes ocurridas en el mundo de 2005 a 2015 más de 700,000 personas perdieron la vida, más de 1.4 millones sufrieron heridas y cerca de 23 millones se quedaron sin hogar en todo el orbe, señaló el doctor Gustavo Pacheco López, profesor-investigador de la Unidad Lerma de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

De acuerdo con la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNISDR, por sus siglas en inglés) en ese mismo periodo más de 1,500 millones de personas se vieron perjudicadas por desastres, siendo los más afectados las mujeres, los niños y la gente en situación de vulnerabilidad, “las pérdidas económicas totales ascendieron a más de 1.3 millones de millones de dólares”, resaltó.

En el marco del Día Internacional para la Reducción de Desastres, el académico adscrito al Departamento de Ciencias de la Salud de esa sede universitaria refirió que es necesario fomentar mayores esfuerzos para construir comunidades resilientes ante sucesos inesperados en México, pues “el país está expuesto a varios riesgos naturales y antropogénicos pero poco se discute acerca de ello”.

Así, el 13 de octubre quedó designado por la Asamblea General de las Naciones Unidas como una fecha especial cuyo propósito es promover una cultura mundial para la disminución de siniestros, incluyendo aspectos de prevención, mitigación y preparación.

“Es un asunto de gran importancia para aumentar el grado de sensibilización en torno al tema, pues no se ha debatido con suficiencia el Marco Central para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015-2030 adoptado por la tercera conferencia mundial de las Naciones Unidas en Sendai, Japón”, advirtió.

En la actividad La UAM Lerma después del sismo 19-S 2017. Hacia la reducción de desastres, el maestro Pedro Puerta Huerta, coordinador de Vinculación de esa sede académica, manifestó que se pretende generar una reflexión acerca de lo aprendido luego de este acontecimiento natural, pues nos sirve para “saber qué podemos hacer, ya que el municipio de Lerma al igual que la Ciudad de México se construyeron sobre un lago”.

El doctor Emilio Sordo Zabay, rector de la Unidad Lerma, compartió su experiencia al participar en brigadas para la revisión estructural de inmuebles dañados por el sismo del 19-S 2017, en la que detalló que debido al tipo de suelo, las características del terremoto y las edificaciones el movimiento telúrico fue percibido con menor o mayor fuerza por la población, situación que también influyó en el colapso de algunas construcciones en determinadas regiones.