Por: MUGS / Redacción

El miedo y la falta de conocimiento generan la estigmatización hacia personas con enfermedades mentales, afirmó José Benjamín Guerrero López, coordinador de la Clínica del Programa de Salud Mental de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM.

A propósito del Día Mundial de la Salud Mental, a celebrarse este 10 de octubre con el lema “Ponte en mi lugar, conecta conmigo”, el especialista detalló que, en general, se tiende a discriminar a quienes han perdido la noción de la realidad por padecimientos como la esquizofrenia o psicosis, y a normalizar a los afectados con trastornos de depresión, ansiedad, violencia y adicciones.

“La esquizofrenia y la psicosis generan actitudes excéntricas o erráticas, a veces acompañadas de alucinaciones visuales o auditivas causantes de que las personas hablen solas por la calle, lo que provoca rechazo aunque ese individuo no vaya a causar ningún daño a los demás”, dijo.

En cambio, la sociedad es cada vez más permisiva con la creciente violencia que se reproduce entre pares y en las siguientes generaciones, así como con la depresión, ansiedad y adicciones, que son los problemas de salud mental más frecuentes en el país, junto con los trastornos bipolar y de déficit de atención (TDA) con hiperactividad.

“Para entender estas afecciones es importante tener información, ser conscientes de que todos somos vulnerables, observar en nosotros mismos y en los demás actitudes o emociones que se salen de las normas generales, pues éstas avisan que se requiere una consulta profesional para identificar el problema”, resaltó.

La salud se define como un estado general de bienestar en las esferas psicológica, social y biológica.

“En el caso de la mental se agregan otros componentes: que la persona tenga la capacidad de afrontar las dificultades del día a día y de adaptarse a su realidad sin que le produzca malestar o conflicto, que tenga una vida productiva y creativa (de trabajo, estudio, actividades cotidianas) y que haga contribuciones a su familia o su comunidad”, precisó Guerrero López.

Las señales de que algo anda mal ocurren cuando un individuo está frecuentemente irritado con su trabajo o su vida familiar, permanentemente deprimido o sometido al consumo de sustancias, pero también en quienes establecen y replican relaciones afectivas centradas en la violencia.

“Estas enfermedades se pueden tratar con terapia y medicamentos, pero es fundamental tener un diagnóstico adecuado para atenderlas, pues la gama de padecimientos es amplia y va de algunos trastornos episódicos a otros crónicos, e incluso asociados a otros desórdenes (la llamada comorbilidad)”, detalló el experto adscrito al Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la FM.

El universitario citó que, de acuerdo con un estudio reciente de María Elena Medina Mora, del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente, el 28 por ciento de la población mexicana tendrá un problema de salud mental en alguna etapa de su vida; el 14 por ciento tendrá un trastorno de ansiedad; el nueve algún tipo de depresión y apenas uno por ciento esquizofrenia.

“Varias enfermedades mentales se expresan en adolescentes y adultos jóvenes, que además viven múltiples cambios –hormonales, sexuales y sociales— vinculados a esas etapas de la vida, por lo que el diagnóstico preciso es fundamental”, reiteró.

La Clínica del Programa de Salud Mental de la FM es un servicio de apoyo profesional para los estudiantes.

Inicialmente se creó para ayudar a los alumnos de medicina, que eran canalizados por sus profesores al percibir algún problema. Hoy, la asesoría se ha ampliado a toda la comunidad. “El 90 por ciento de quienes vienen a consulta son estudiantes, y un 10 por ciento trabajadores y académicos”, informó el coordinador de ese espacio.

En el marco del Día Mundial de la Salud Mental consideró que mejorar esa condición entre los mexicanos es un reto para la comunidad psiquiátrica, en un país que enfrenta pobreza, carencia de educación básica y violencia, problemas estructurales que dificultan el acercamiento con médicos y medicamentos.

“El lema de este año, “Ponte en mi lugar, conecta conmigo”, nos invita a ponernos en los zapatos de personas con problemas mentales, lo que me parece atinado, pues todos estamos en riesgo y debemos estar informados”, finalizó.