Por: Redacción/

México se ha convertido uno de los países más peligrosos del mundo para los periodistas y los defensores de derechos humanos, indicó este jueves Michel Forst en la presentación de su informe anual ante el Consejo de Derechos Humanos.

Forst apoyó su declaración al recordar el reciente asesinato de la periodista Pamela Montenegro en Acapulco y el de la líder indígena Guadalupe Campanur en Michoacán.

El relator pidió a las autoridades que reviertan esta “tendencia inadmisible”, a través de una política de tolerancia cero con la corrupción y el crimen organizado.

Entre las categorías de defensores que corren mayores riesgos, figuran los protectores de los derechos económicos, sociales y culturales; los defensores medioambientales; familiares y víctimas de los desaparecidos y los defensores de los derechos LGBTI, entre otros.

Además, Forst indicó que México es el país más violento de Mesoamérica para las mujeres defensoras de los derechos humanos, pero destacó como positivas una serie de iniciativas llevadas a cabo por las autoridades para contrarrestar estos ataques.

A continuación, destacó que, no obstante, el país azteca ha sido uno de los líderes a nivel mundial en la creación de un mecanismo nacional de protección para los defensores de los derechos humanos. en situación de peligro.

“Insto a México a que invierta la actual tendencia negativa haciendo de la protección de los defensores de derechos humanos y el fin de la impunidad una prioridad nacional”, finalizó Forst.

Los relatores especiales y expertos independientes forman parte de lo que se conoce como los Procedimientos Especiales del Consejo de Derechos Humanos. Los Procedimientos Especiales, el mayor órgano de expertos independientes en el sistema de la ONU para los Derechos Humanos, es el nombre general de los mecanismos de investigación y monitoreo del Consejo de Derechos Humanos para hacer frente a situaciones concretas en países o a cuestiones temáticas en todo el mundo. Los expertos de los Procedimientos Especiales trabajan de manera voluntaria; no son personal de la ONU y no perciben un salario por su labor. Son independientes de cualquier gobierno u organización y actúan a título individual.