Por: Redacción/

Luego de dos sexenios panistas y la restauración relativa del Partido Revolucionario Institucional, un posible triunfo del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en las próximas elecciones federales ubica a México ante la coyuntura de una verdadera ruptura con el modelo neoliberal que ha inspirado al sistema político en los últimos 30 años, coincidieron el sociólogo Armando Bartra Vergés y el escritor Paco Ignacio Taibo II.

En el encuentro Reflexiones sobre el proceso electoral 2018: continuidad o cambio, celebrado en la Unidad Azcapotzalco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Bartra Vergés señaló que independientemente de lo que indican las encuestas, existe otra percepción: la sensibilidad entre la opinión pública, asambleas, marchas, salones de clase o mesas de café que avizora el triunfo de la coalición Juntos haremos historia y, por lo tanto, después de la Revolución Mexicana y el Cardenismo “habría por primera vez en el país un cambio verdadero”.

El doctor Honoris Causa por la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina, advirtió que hay un “efecto alud, avalancha o bola de nieve que cada nueva vuelta va acumulando más masa” y pareciera que ya no se trata de lo que hagan o dejen de hacer los actores políticos, porque la candidatura de Andrés Manuel López Obrador sigue creciendo, dijo en la mesa redonda organizada por el Programa editorial Alegatos de la citada sede académica de la UAM.

Lo anterior responde más a una lógica de inercia ciudadana que a acciones y decisiones, porque “es difícil que una medida de última hora pudiera modificar esta inercia” que “no ha surgido de la nada ni por accidente”: es una fuerza construida históricamente y una vez que se desata se da un efecto “bola de nieve”, pues hay “una marea alta de parte de la ciudadanía dispuesta a impulsar el cambio con este candidato y parece una tendencia que no puede ya ser frenada”.

Paco Ignacio Taibo II sostuvo que ciertamente “la ola está creciendo, pero se percibe y preocupa” cierta pasividad en algunos sectores como el estudiantil, que “no reconozco en los movimientos de jóvenes en que yo participé”.

La respuesta a esta inacción es que “son ustedes la generación del subempleo, porque el que no cuenta con un empleo chafa, tiene tres medios empleos chafas; son ayudantes de ayudantes, categoría que el marxismo no ha logrado descifrar”, dijo con ironía.

A diferencia de las generaciones a las que él perteneció “donde teníamos cuatro horas de estudio, tres de cineclub, dos de debates, una de círculo de poesía y hacíamos política, a ustedes les han robado, por medio del subempleo, parte de su tiempo vital”, como también lo ha hecho la movilidad, porque “son ustedes una generación de ‘chilangos y periféricos’ que nacen, viven y comen en la zona conurbada y están condenados a jornadas mortales de transporte urbano”.

El neoliberalismo “lesionó a las presentes generaciones en cuanto a que les ofreció como alternativa única el destino individual”, es decir, este sistema no sólo incide en cómo nos quitan el petróleo o desnacionalizan las playas, sino en la construcción ideológica de lo individual como “la neta del planeta”.

Se trata de un “individualismo pendejo porque cuando la realidad lo trastoca se demuestra que es un rey desnudo”, ya que lo que en verdad ofrece es “sangre, sudor y lágrimas” y miseria para grandes mayorías y beneficio para pocos.

Sin embargo la ola crece y estamos en una campaña en la que la perspectiva de que el cambio sea profundo se vislumbra. ¿Qué tan profundo será este cambio?, dependerá de poner en marcha ciertos factores.

Si se destruyen las partes más filosas del neoliberalismo y se revisa, por ejemplo, la Ley Federal del Trabajo para acabar con los contratos de cuatro días y las outsourcing, y se regresa a la legalidad respetando derechos consagrados conseguidos a sangre y fuego; “si logramos desarticular las partes más envenenadas como la ley de educación, las modificaciones a ley del IVA y paramos las que vienen como la disminución de presupuestos a educación superior, entre muchas otras.

También si “detenemos la inercia hacia la derecha del proyecto neoliberal y se disminuye la intensidad de la guerra contra el narco, mediante muchas medidas como la legalización de la mariguana, decir a Estados Unidos que es su guerra, no la nuestra”; la modernización de policías, mando único, amnistía para los cultivadores campesinos.

Y si se libra la batalla contra la corrupción, tal como está prometida y es viable, la profundidad del cambio será de una magnitud “como no habíamos visto en este país”, por lo que llamó a estar alertas porque “el fraude viene: es innato, está en el espíritu y la esencia de nuestros adversarios”.

Oscar Moreno Corzo, director de Cultura en la Delegación Iztacalco y dirigente del Consejo Estudiantil Universitario de 1986, habló de la necesidad de tomar decisiones frente “al posicionamiento del pueblo”, porque antes de que iniciara la campaña “ya éramos mayoría”.

Por primera vez en un proceso electoral de esta naturaleza la oposición de izquierda inició la contienda siendo mayoría, la cual no fue construida por Morena, sino fraguada en los espacios donde la gente delibera: familia, trabajo y escuelas, que es donde se toman las decisiones “verdaderamente importantes”.