Por: Redacción/

El día de hoy se conmemora el 51 aniversario de la apertura a firma del Tratado para la Proscripción de las Armas Nucleares en la América Latina y el Caribe, también conocido como Tratado de Tlatelolco, que creó en 1967 la primera zona libre de armas nucleares en una región densamente poblada, así como el Organismo para la Proscripción de las Armas Nucleares en la América Latina y el Caribe (OPANAL).

Conforme al Tratado de Tlatelolco, cada uno de los 33 Estados de la región de América Latina y el Caribe contrajo la obligación de mantener su territorio enteramente libre de armas nucleares, comprometiéndose a no desarrollar, adquirir o albergar estas armas de destrucción en masa. Al proscribir las armas nucleares, nuestra región tomó un paso decisivo para preservar la paz y la estabilidad internacional, así como para promover el desarme nuclear a nivel global.

El estándar que estableció el Tratado de Tlatelolco fue replicado en otras regiones del mundo, que también establecieron sus propias zonas libres de armas nucleares. En 2017, el compromiso con el desarme nuclear se hizo global por primera vez, gracias a la adopción del Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares, del cual México fue un activo promotor, y uno de los primeros Estados en el mundo en firmarlo y ratificarlo.

En reconocimiento al impacto global que tuvo el Tratado de Tlatelolco, en 1982 se otorgó el Premio Nobel de la Paz al Embajador mexicano Alfonso García Robles, quien promovió y condujo las negociaciones para su adopción. Este Tratado, uno de los mayores logros de la diplomacia mexicana, entró en vigor el 25 de abril de 1969.

En octubre de 2016, el Comité Regional para América Latina y el Caribe del Programa Memoria del Mundo de la UNESCO incorporó al Tratado de Tlatelolco en el Programa Memoria del Mundo, al considerarlo como patrimonio documental de valor mundial.

México es el Estado Depositario del Tratado de Tlatelolco y, como tal, tiene el deber de custodiar su texto original, el cual se encuentra debidamente resguardado en la Bóveda de Tratados de la Secretaría de Relaciones Exteriores. México también es la sede del OPANAL, cuyo mandato es asegurar la puntual observancia del Tratado de Tlatelolco.