Por: Redacción/

Carlos Marx y Sigmund Freud abrieron, en dimensiones y horizontes diversos, el pensamiento universal y la acción, rebelándose a verdades establecidas y transformando con sus obras la idea que la humanidad tiene sobre su lugar en el mundo y su precaria condición real deficitaria.

Ambos se cuentan entre los autores más tergiversados, víctimas de prejuicios, banalizaciones y falsas interpretaciones porque tocaron las fibras más sensibles de la sociedad burguesa y develaron mitos, ideologías y alienaciones, señalaron los doctores Gabriel Vargas Lozano y Raúl Páramo Ortega.

En la 8va. Feria del Libro Universitario de la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) indicaron que Marx ahondó en el interés privado, las características del sistema capitalista nacido de las contradicciones del feudalismo que mediante un proceso violento en extremo e implicó la transformación de la base económica y la superestructura jurídico-política e ideológica.

Freud, quien analizó el inconsciente para extraer las causas de la conducta en la vida consciente, fue un anticapitalista cuyas conclusiones preocupan a los poderosos que desean preservar su dominio político e ideológico.

Vargas Lozano, docente del Departamento de Filosofía de la Unidad Iztapalapa, los definió como “autores inconmensurables y muy profundos”, además de haber sido “desnaturalizados, deformados y atacados debido a críticas sin seriedad ni sustento”.

El investigador rechazó las aseveraciones que califican a Marx de economicista –por supuestamente reducir todo a lo económico– determinista, dogmático, totalitario y causante del socialismo real, pues fue claro en señalar que lo económico condiciona y no determina lo social y que las situaciones de la existencia determinan la conciencia.

Mientras que sus reflexiones sobre la crítica al modo de producción capitalista requirió de 114 volúmenes, sólo escribió 30 páginas de lo que podría ser el socialismo, en tanto que el trabajo de Freud ha sido reducido al sexo, aun cuando su obra es una crítica anticapitalista que complementa la obra de Marx.

Al presentar Marx y Freud: hacia una nueva racionalidad de la sociedad y de la historia, escrito en autoría con Páramo Ortega, sostuvo que el libro reúne un trabajo de investigación sobre estos pensadores de más de cuatro décadas.

El texto ofrece una interpretación asequible y actualizada del pensamiento del filósofo alemán y del padre del psicoanálisis con la convicción de que sus publicaciones son absolutamente inacabadas, pues dejaron muchos temas al análisis creativo sobre los conceptos de ideología y filosofía.

El doctor Páramo Ortega, miembro del consejo editorial de la revista electrónica Teoría y crítica de la psicología, señaló que Freud y Marx especularon sobre las leyes históricas de la marcha de la humanidad, el segundo al referirse “a la dictadura del proletariado como meta ‘final’, cuando en realidad, traducido al lenguaje del siglo XXI, sería una sociedad autorregulada llamada comunista basada en la solidaridad”, mientras que el “primero habla de la ‘dictadura de la razón’ como conditio sine qua non del verdadero progreso de la especie”.

El fundador del Instituto Sigmund Freud y del Círculo Psicoanalítico Mexicano expuso que ambos intelectuales confluyen en una mirada dialéctica, pues criticaron la religión, se afincaron en la ilustración, son inabarcables y, como sucede también con Darwin, Lamarck, Heisenberg y Einstein, no han sido incorporados a la civilización.

Los dos teóricos postulan acabar con “la explotación del hombre por el hombre” y van de lo aparente a lo que no es visible, descubriendo así un universo insospechado, con una tarea fundamental que Marx propone: “no dejarnos convertir en mercancía, mientras que Freud sugiere dejar de ser hoja al viento de nuestras pulsiones inconscientes”.

El maestro José María Martinelli Benedicto, adscrito al Departamento de Economía de la Unidad Iztapalapa, expuso que “los autores reconocen nuestra ignorancia sobre Marx y Freud al ofrecer un texto sencillo que explica la ideología de dos pilares del pensamiento científico de la modernidad”, ya que “acceder a la cultura es una obligación política, filosófica y moral”.

El especialista en participación social en políticas públicas, racionalidad y poder expresó que “revisar nuestro tiempo invita a ver nuevas propuestas sociales que se manifiestan en los jóvenes y en hombres y mujeres que portan identidades sexuales que no son las tradicionales.

“Reflexionar sobre la obra de Marx y Freud es pensar nuestro tiempo, pero sin trasladar nuestros valores mecánicamente al siglo XIX porque resaltarán deformaciones”, por lo que “hay que leerlos en su terrenalidad”: en el caso de Marx, en particular, “en la politicidad que confiere a sus ideas una voluntad explícita de transformar el mundo”.