Por. Redacción/

La Escuela Superior de Medicina (ESM) del Instituto Politécnico Nacional (IPN) llevó a cabo el Curso Intensivo de Actualización en Inmunología, impartido por el científico del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del IPN, Leopoldo Flores Romo, quien hizo un recorrido desde el inicio de la respuesta inmunológica del ser humano, hasta las actualidades más sofisticadas.

Ante estudiantes de licenciatura y posgrado, profesores e investigadores, el inmunólogo e integrante del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), nivel III, externó que la inmunología es una disciplina fascinante, tanto o más competitiva que las ciencias que están de moda.

Al parafrasear al ganador del Premio Albert Lasker, Stanley Falkow, dijo que los microorganismos nunca han estado sentados esperando a que se desarrollen anticuerpos para aniquilarlos, “los microbios son mucho más inteligentes de lo que te imaginas, entienden matemáticas, física y tácticas militares porque pegan rápidamente, saben en dónde cortar las vías de comunicación y usan camuflaje, conocen de genética, biología celular e inmunología”.

En el auditorio “Armando Cuspinera” de la Escuela Superior de Comercio y Administración (ESCA), Unidad Santo Tomás, señaló que erróneamente se cree que el ser humano no muta. “Nuestros linfocitos mutan muy rápido, son tanto o más rápidos que el VIH, el cual intenta escapar y al intentar atraparlo éstos se transforman rápidamente”.

De manera amena y sencilla explicó a los participantes que las células dendríticas son centinelas del cuerpo. “Cuando alguien interactúa a través de un beso entran miles de microbios al organismo, éstas los detectan y viajan hacia donde están las células que producen anticuerpos para que ataquen a los microbios”, puntualizó.

El doctor Flores Romo destacó con el vertiginoso avance de la ciencia, la inmunología se ha beneficiado de diversas ramas como la biología celular y la biología molecular, “en realidad es algo biunívoco, pero la inmunología es una de las ramas que capta inmediatamente los avances en microscopía y biología molecular, por ejemplo”, agregó.

Expuso que aunque la comunidad científica ha hecho vacunas que han ayudado a erradicar enfermedades, el camino por recorrer aún es largo, porque unas son fáciles de desarrollar, pero otras cuestan mucho trabajo “y con otras hay que irnos con mucho cuidado, como en el caso del dengue”, advirtió.

Para tener mayores avances al respecto, el que es considerado como uno de los mejores inmunólogos en México, recalcó que es necesario integrar los conocimientos de inmunólogos, epidemiólogos, salubristas, clínicos, bioquímicos y biólogos moleculares, entre otros especialistas para lograr mayores avances, sobre todo para darle batalla a enfermedades emergentes como el zika.

Flores Romo comentó que una de las razones que dificultan encontrar vacunas para prevenir enfermedades son las rápidas mutaciones de los agentes que los causan, la otra es que el hecho de los investigadores entiendan cierto tipo de mecanismos no quiere decir que ya se tenga la solución en pocos años, “a veces lleva 20, 30 o 40 años y debemos tener la suficiente humildad para aceptarlo, pues no porque creamos que entendemos bien algo vamos a poder hacer una vacuna en seis meses”, añadió.

Parte de la intención del curso, dijo, es difundir el conocimiento y hacer que los jóvenes se interesen por el estudio de la inmunología y que se actualicen los que son profesionales, “me gusta la difusión, proporcionar información de lo que ya está bien establecido, las controversias de la inmunología y lo más nuevo, como algunas cosas que apenas salieron ayer y las incorporé hoy al curso”, indicó.

Mencionó que los estudiantes e investigadores mexicanos tienen son de excelencia a nivel mundial, “a algunos los hemos puesto en contacto con Premios Nobel para que interactúen con ellos y los científicos han quedado tan satisfechos con su desempeño que incluso han invitado a varios a colaborar en sus laboratorios”, apuntó.

Finalmente recalcó a los jóvenes que “la ciencia no es un negocio, sino una actividad humana de las más sofisticadas y que da mayores satisfacciones, pero sólo te puedes dedicar a ella si te gusta, de lo contrario es imposible que hagas una carrera científica”.