Por: Redacción/

Poca gente sabe que muchas mujeres además de Eleonor Roosevelt hicieron aportaciones clave al documento para asegurarse de que fuera verdaderamente incluyente. Actualmente, la Declaración está en riesgo frente al socavamiento de las instituciones y a los intereses nacionalistas de cada vez más líderes mundiales.

A cinco días de conmemorarse el 70º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la Alta Comisionada de la ONU para esas garantías destacó este miércoles el papel decisivo de las mujeres en la elaboración de ese texto fundamental de la historia, tan relevante hoy como hace siete décadas.

En una conferencia de prensa en Ginebra, Michelle Bachelet hizo hincapié en que, por primera vez en la historia, un documento incluyó el concepto de género en casi todas sus cláusulas, marcando un hito para su tiempo.

Esta particularidad reflejó la participación de las mujeres en la redacción de la Declaración.

“Es bien sabido el papel de Eleanor Roosevelt, quien presidió el comité redactor. Se sabe menos que mujeres de Dinamarca, Pakistán y de los países del bloque comunista y de otras regiones del mundo también hicieron aportaciones cruciales”, dijo Bachelet.

La palabra “hombres” no necesariamente implica “seres humanos”
Como ejemplo indicó que Hansa Mehta, de la India, fue quien pugnó por cambiar la frase tomada de la Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano francesa, que rezaba “todos los hombres nacen libres e iguales”, por “todos los seres humanos nacen libres e iguales”, como lo estipula en la Declaración Universal.

“Una frase simple pero revolucionaria en términos de los derechos de las mujeres y las minorías”, subrayó la Alta Comisionada.

Explicó que Roosevelt tenía la idea de que la palabra “hombres”, en este caso, se entendía como hombres y mujeres, como era costumbre en esa época, y que Mehta objetó ese concepto arguyendo que algunos países podrían valerse de esa palabra para restringir los derechos de las mujeres.

“Creo que [Mehta] tenía razón”, acotó.

Documento extraordinario
La Alta Comisionada calificó la Declaración como un documento “extraordinario” y afirmó que es tan relevante hoy como hace 70 años, cuando se adoptó a la luz de la devastación causada por las dos guerras mundiales, la gran depresión y el holocausto, con la intención de evitar desastres y tiranías similares a las observadas en ese periodo de la historia.

Argumentó que el carácter extraordinario del texto se revela con las pruebas que ha pasado en siete décadas durante las cuales han surgido nuevas tecnologías y han ocurrido sucesos sociales, políticos y económicos imposibles de prever por sus redactores.

Lejos de convertirse en inoperante, ha pasado de ser una aspiración a una serie de principios que permean prácticamente todos los ámbitos del derecho internacional.

Intereses y negligencia que amenazan
Sin embargo, lamentó Bachelet, este gran avance es amenazado.

“Nacemos libres e iguales, pero millones de personas en este planeta no siguen siendo libres e iguales a lo largo de sus vidas. Su dignidad es pisoteada y sus derechos violados a diario”, advirtió.

Se refirió al socavamiento en muchos países de las instituciones estatales que buscan la paz y velan por el goce de los derechos de la gente y denunció al creciente número de gobierno y políticos que minan las leyes y tratados que defienden el cumplimiento de la Declaración en favor de intereses estrechos y nacionalistas.

En este contexto, Bachelet llamó a defender enérgicamente los derechos que nos dicen lo que nos pertenece a todos los seres humanos y que estamos en riesgo constante de perder debido a la falta de memoria histórica, negligencia o indiferencia excesiva propia y de nuestros líderes.