Por: Redacción/

El traslado de la embajada de Estados Unidos de Tel Aviv a Jerusalén representa el inicio de un “largo ciclo de crisis en la zona de Medio Oriente y un baño de sangre para el pueblo palestino”, que en apenas tres días ha sufrido el asesinato de más de 70 personas y alrededor de mil 800 heridos”, advirtió el doctor Mohammad Taghi Hosseini, embajador de la República Islámica de Irán en México.

Por diversas razones y en distintos momentos, la región se ha visto convulsionada por temas religiosos, energéticos y de terrorismo, pero el suceso más reciente, el traslado de la sede diplomática estadounidense a Jerusalén, significa que el presidente Donald Trump ignoró los acuerdos internacionales y las experiencias de ex mandatarios al respecto.

Durante la conferencia La situación en Medio Oriente: una perspectiva iraní, que ofreció en la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), afirmó que el asunto más relevante para Medio Oriente es Palestina, porque a pesar de que el conflicto palestino-israelí que comenzó en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial y no se ha resuelto ya que, por el contrario, ha dejado tras de sí “miles y miles de personas muertas”.

La decisión del gobierno estadounidense de apoyar aun más a Israel ha creado más conflictos y odios en la zona: en los últimos días muchos fueron asesinados “por el disparo directo de los soldados Israelíes”.

La doctora Doris Musalem Rahal, investigadora del Departamento de Política y Cultura de la Unidad Xochimilco, subrayó que el traslado de la embajada de Estados Unidos es parte de una cadena de agresiones de Israel al pueblo palestino y “una decisión muy grave porque Jerusalén es un territorio ocupado que pertenece a los palestinos”.

También representa “un cheque en blanco para que el Estado hebreo siga llevando acciones contra los palestinos, que han sido definidas por el presidente de Turquía, por ejemplo, como genocidio”.

Irán ha brindado su apoyo a Palestina, “sobre todo en estos momentos tan cruciales” y la revolución iraní de 1979 significó el derrocamiento de una monarquía que dio lugar una república islámica que llevó a un “parteaguas en su política exterior”.

La característica de ese lineamiento es su alejamiento de los grandes centros de poder “y eso es lo que molesta a las grandes potencias, especialmente a Estados Unidos”.

En todos los foros donde Irán tiene voz promueve los planes de integración regional y una muestra de ello es la ayuda para la reactivación de la economía de Irak.

A partir de esta postura la llamada Persia hasta 1935 asume luego de su revolución que se le empieza a “demonizar” y se le acusa de desarrollar armas nucleares y de apoyar al terrorismo, sin embargo este trato ha sido “de gran hipocresía”, porque ha presentado pruebas de que desarrolla energía nuclear sólo con fines pacíficos, en cambio Israel “tiene 400 bombas nucleares y nunca lo han denunciado”.

El doctor José de Jesús de la Torre, investigador de El Colegio de México, señaló que luego de las guerras de ocho años con Irán iniciadas en 1980, la del Golfo Pérsico de 1990-1991 y las sanciones de la ONU, el más reciente conflicto bélico en 2003 dañó severamente la economía y el patrimonio histórico de Irak.

A partir de una orden de la coalición, particularmente de Estados Unidos para que Irán abra su economía al 100 por ciento a inversiones, esa nación empezó a participar del mercado iraquí de manera directa y se abrieron muchos canales para el comercio, el cual en 2003 era casi extinto y para 2011 ya alcanzaba 12 mil millones de dólares, en un ritmo de crecimiento enorme.

Lo anterior se explica por la destrucción de la industria iraquí, pero cuando en 2011 se retira Estados Unidos “comienza el despegue no sólo en el comercio, sino en otros proyectos vinculados al gas natural, la energía eléctrica, la industria automovilística y las finanzas”, entre otros, por lo que es necesario reconocer que ha habido una colaboración muy significativa de Irán para reconstruir Irak, señaló.