Por: Redacción

La capacitación y la difusión de nuevas técnicas de la biología molecular es la función del Laboratorio Nacional de Nutrigenómica y Microbiómica Digestiva Animal de la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), un espacio incluido desde 2016 en la Red Nacional de Laboratorios en esa materia del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).

En entrevista el doctor Germán David Mendoza Martínez, académico del Departamento de Producción Agrícola y Animal de la Unidad Xochimilco y responsable de dicha instalación, expuso que es escaso el conocimiento “de la microbiota de los animales, en comparación con la humana, en especial cuando se utilizan aditivos que mejoran el comportamiento productivo”.

El investigador señaló que el citado organismo suma hasta ahora cinco áreas de investigación del tipo y comentó que recibieron la invitación de los doctores Armando Shimada Miyasaka y Carlos Martínez Palacios, creadores de la Red Nacional, para establecer este sitio en la UAM.

El objetivo es que la comunidad científica y alumnos de posgrado dedicados al estudio de la fisiología digestiva, busquen mejorar la eficiencia nutricional de los animales y cuenten con herramientas metodológicas que les permitan avanzar en sus ensayos.

El doctor Mendoza Martínez informó que trabajan en dos proyectos, el primero de ellos está vinculado con la alimentación de rumiantes, especies de estómago complejo como los bovinos, los caprinos y los ovinos. Éstos se caracterizan por tener una fermentación que produce metano y CO2, gases que contribuyen al efecto invernadero. “Mediante la aplicación de la biología molecular tratamos de reducir la emisión de gases sin comprometer la producción animal”.

Otro trabajo se relaciona con equinos, animales utilizados como fuerza de trabajo en regiones rurales y no sólo como esparcimiento, apuntó. El estudio se centra en analizar la compleja estructura intestinal de los caballos, portadores de vastas comunidades bacterianas, “mediante su implementación mineral observamos sus efectos en la digestibilidad y en la salud de los equinos”, indicó Mendoza Martínez.

El investigador recalcó que se espera que el número de proyectos crezca, pues “al ser un laboratorio nacional las puertas están abiertas” y destacó que han “recibido a alumnos visitantes de las Universidades Autónoma de Guerrero, la Benemérita Autónoma de Puebla y la Nacional Autónoma de México, pero también queremos que participen profesores”.

El doctor Daniel Martínez Gómez, profesor-investigador del Departamento de Producción Agrícola y Animal, comentó que se ha realizado una labor ardua en la generación de “técnicas de biología molecular aplicadas a la producción animal”.

Inicialmente, dentro del Laboratorio de Microbiología Agropecuaria se diseñaron algunas de ellas cuando comenzaron los trabajos de conservación del ajolote y el jaguar. “La variabilidad genética de esas poblaciones era el centro de las investigaciones y bajo esta idea presentamos al doctor Salvador Vega y León la idea de emprender estudios formales al respecto”.

El investigador explicó que “dentro de las capacidades técnicas y operativas del laboratorio destacan dos equipamientos, uno de ellos es un secuenciador de 12 carriles, útil para obtener secuencias genéticas de 800 pares de bases de cualquier fragmento de ADN”.

Gracias a ello se ha constituido una biblioteca genómica y “contamos con cromosomas artificiales bacterianos, es decir, el genoma del ajolote guardado en diferentes bacterias con la idea de construir un genoma completo del anfibio”.

El especialista expuso que el equipo permite hacer ensayos de tipo expresión, con el que “podemos obtener muestras de tejido y estudiar qué grupos de genes están encendidos bajo una condición dada, ya sea en ausencia de oxígeno, utilización de fármacos o uso de hormonas”, refirió.

Además, dicho secuenciador permite utilizar una técnica llamada análisis del tamaño de fragmentos. “Cuando queremos establecer qué tan variable es una población, extraemos ADN y buscamos secuencias específicas, el tamaño de ellas nos habla de su diversidad genética”.

Martínez Gómez mencionó que el laboratorio cuenta con un equipo analizador de fragmentos, el cual mide tamaños de ADN de manera similar al secuenciador, pero con una capacidad mayor de procesamiento para más número de muestras, así la tipificación genética se ve agilizada.

“De igual forma tenemos un PCR tiempo real que permite hallar polimorfismos en secuencias de ADN, es decir, al comparar dos individuos de la misma especie podemos evaluar de forma precisa si son distintos genéticamente”, detalló.

Se trata del primer laboratorio dotado de infraestructura tecnológica de primer nivel, en el que “pueden desarrollarse proyectos de gran envergadura que sean colaborativos sin la necesidad de que los investigadores viajen a otros países para recibir capacitación, ya que aquí también la podrán adquirir”, concluyó.