Por: Redacción/

Ante el sismo ocurrido el pasado 19 de septiembre, la comunidad de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México y su Rector, Mtro. David Fernández Dávalos, S. J., manifiestan sus más sentidas condolencias y su solidaridad con las personas que sufrieron pérdidas humanas en familiares, amigas y amigos, así como pérdidas materiales en sus bienes y hogares.
Así lo dio a conocer el Rector Fernández Dávalos en “un acto de memoria y de gratitud”, llevado a cabo en la explanada central del campus de la Iberoamericana, donde hizo una declaración formal de parte de la comunidad universitaria a propósito de los últimos acontecimientos, mensaje que compartió con los miembros de la Comunidad IBERO que se congregaron “en este momento tan importante para nuestra ciudad, para la región, para el país”.
En el evento, informó que a consecuencia del sismo del pasado martes, la Comunidad IBERO tuvo una pérdida, al fallecer el Mtro. José Carlos Álvarez Rivero, académico del Departamento de Ingeniería y Ciencias Químicas de la IBERO, y su hijo, el Ing. José Carlos Álvarez del Real. “El profesor Álvarez Rivero tenía casi 50 años de trabajar con nosotros como profesor de asignatura, fue Medalla San Ignacio por parte de la comunidad, y quiero ofrecer mis condolencias a sus familiares y amigos”.
Por otra parte, mencionó: “De manera particular, manifestamos nuestro apoyo a las alumnas y alumnos, así como al personal docente, administrativo o de servicio de nuestra casa de estudios que están enfrentando una situación difícil en este contexto.
Asimismo, el Rector expresó “un enorme reconocimiento a quienes, desde la propia Universidad o en el sitio del dolor, han desplegado un gran trabajo profesional y toda su calidad humana para ayudar a la sociedad mexicana”.
En ese sentido, y haciendo referencia al centro de acopio instalado en la IBERO para apoyar a los damnificados por el sismo, dijo: “en estos días se reunieron más de dos mil voluntarios en nuestra casa de estudio para desplegar acciones en brigadas de apoyo y auxilio, además de realizar acopio, que enviamos a las entidades de Puebla, Morelos, Oaxaca y la propia Ciudad de México. Hemos enviado más de 50 toneladas de ayuda de nuestra comunidad universitaria”.
Añadió: “Algunas instituciones de la República, la sociedad civil, pero especialmente las y los jóvenes están siendo un motor y una fuerza fundamental para atender la situación en la Ciudad de México, Estado de México, Chiapas, Morelos, Oaxaca. Guerrero y Puebla. Su testimonio nos alienta y anima porque constatamos una vez más -y en una situación límite- los enormes valores cívicos que ostenta la juventud mexicana, que está dando un servicio ejemplar a la altura de las circunstancias”.
En otro rubro, el Mtro. Fernández invitó a construir rutas de acompañamiento y reflexión sobre el sismo “como un signo de los tiempos que invita a la solidaridad, al reconocimiento, a la empatía, y a la responsabilidad social, especialmente con las personas en situación de pobreza y exclusión. Les invito a acudir a sus departamentos académicos, para que conjuntamente definan acciones que puedan ayudar a la superación de este momento tan doloroso y participar en la reconstrucción integral de nuestra sociedad”.
Como la emergencia no ha pasado, mencionó que aquellos estudiantes que tengan que seguir apoyando a su familia o a personas que hayan tenido el infortunio de sufrir pérdidas humanas y materiales, y estén realizando apoyos en solidaridad, podrán realizarlo durante toda esta semana sin tener consecuencias académicas para su calificación o examen. “Después de esta semana, continuaremos en labores de reconstrucción pero ya con sus materias específicas, acompañados con sus profesores, en cada caso según se vea conveniente”.
Y externó que desde la Vicerrectoría Académica se han propuesto algunas acciones para desarrollar con el estudiantado en el aula, “dirigidas a promover una reflexión que ayude a acompañarnos como comunidad universitaria y podamos superar estos momentos difíciles para el país”.
Como colofón al acto, el Rector David Fernández Dávalos solicitó a las y los alumnos, profesores y empleados congregados en la explanada, mirar hacia el asta bandera, y en señal de solidaridad levantar el puño cerrado, lo que se efectuó en silencio mientras se izaba el lábaro patrio, que quedó a media asta en señal de luto. Al término del evento y de manera espontánea, los congregados entonaron el Himno Nacional.