Por: Redacción

Los pronósticos indican que Emmanuel Macron será el presidente más joven de la V República Francesa, y aunque hay quienes piensan que Marine Le Pen podría dar una sorpresa, como sucedió en Estados Unidos con Donald Trump, este escenario se perfila como el más improbable, dada la tradición de la sociedad francesa de preservar sus libertades y multiculturalidad frente a un discurso xenófobo, excluyente y nacionalista, afirmó Alejandro Chanona Burguete, académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM.

Al referirse a la segunda vuelta de las elecciones en esa nación, que se llevará a cabo el 7 de mayo, opinó que se realizarán en el marco de situaciones inéditas. “Destaca que los partidos tradicionales han sido rebasados. Los resultados de la primera vuelta mostraron la atomización del voto y las preferencias por candidatos que están fuera de la órbita tradicional, más allá del Partido Republicano y el Partido Socialista.

De modo que Francia tendrá un mandatario de 39 años, proeuropeísta, que representa un movimiento no asociado al sistema político tradicional de los últimos 60 años. También, será un triunfo para el proyecto más amplio de la Unión Europea, en el que este país ha jugado un papel clave como el gran impulsor del proyecto político, subrayó el universitario.

El especialista en ciencia política y estudios europeos consideró que aunque entre Trump y Le Pen existen ciertas analogías en cuanto al discurso nacionalista, antiglobalización, antiinmigrante e islamofóbico, los escenarios son diferentes. Los partidos tradicionales están cerrando filas en torno a Macron, al igual que todos aquellos que rechazan la opción de la ultraderecha; además, las encuestas le dan una ventaja de alrededor de 19 puntos sobre Le Pen.

“El desafío de la ultraderecha no es una novedad. Hace 15 años el padre de Marine, Jean-Marie Le Pen, logró pasar a la segunda vuelta. Sin embargo, en esa ocasión fue derrotado por Jacques Chirac a partir de un voto muy poderoso que congregó a centristas y socialistas”.

Así, por primera vez en la historia de los últimos 60 años, los partidos que se habían repartido el poder no estarán en la boleta del próximo domingo, resaltó.

Otra novedad de este proceso es el surgimiento de los perfiles ciudadanos e independientes. Por un lado la figura joven de Macron, con una sólida formación financiera, exministro de Economía con François Hollande, y que viene de las filas del socialismo, pero que formó su propio movimiento: En Marcha. Por otra parte, Marine Le Pen, representante de la ultraderecha nacionalista, islamofóbica, anti Unión Europea y quien ha ganado adeptos a la luz de los problemas económicos y de la percepción sobre la migración y el terrorismo.

En esta lista de perfiles no se pueden dejar de lado los avances de la izquierda radical y populista de Jean-Luc Mélenchon (de Izquierda Unida), que hasta ahora no ha hecho un llamado claro a sus seguidores para apoyar a Macron, y que apuesta a posicionar su movimiento en las próximas elecciones legislativas.

Macron plantea algunas reformas como la educativa, y pretende mantener a Francia como un país de libertades y multicultural, que fortalezca al estado de derecho y de bienestar bajo los estándares de la Unión Europea.

“Ha logrado un sistema importante de protección de los derechos sociales y fundamentales; en ese sentido, tiene una visión cosmopolita, está a favor de consolidar la relación franco-alemana, de impulsar las pequeñas y medianas empresas, es decir, promover una clase media vigorosa. Aunque también ha sido controvertido por su papel en las reformas laborales”.

Este joven llegará a la presidencia para enfrentar el reto de lograr consensos en la Asamblea Nacional, cuyas elecciones son el próximo mes de junio. A nivel europeo, la ultraderecha está viendo los límites de su aceptación, con la reelección en marzo en Países Bajos de Mark Rutte, y ahora con los resultados en Francia. En septiembre próximo, la contienda de Alemania estará entre la canciller Angela Merkel y el socialdemócrata Martin Schulz, sin posibilidades para la extrema derecha, concluyó.