Por: Luis Alberto Rivas

En la década de 1980 las familias mexicanas se reunían para ver las novedades que presentaba Chabelo en su programa. Ahí se presentó el robot 2XL que reproducía historias para los niños, carros a control remoto que aún necesitaban de un cable para avanzar y en la mejor de las versiones funcionar en reversa; los juguetes eran ansiados por los niños que debían esperar  su cumpleaños, navidad o día de Reyes para poder tener los juguetes más modernos.

Muñecas y juguetes de Ensueño: Tan bonitos como tú, escuchar estas palabras llenaba a los niños de entusiasmo, centraban su atención en el televisor Trinitron de la casa. Entre cortes comerciales de las series de Transformers y los Halcones Galácticos se anunciaba un juguete que era “casi como una computadora”.  Así llegó el Fabuloso Fred a marcar la infancia de los niños.

En un principio contaba con nueve botones de colores con luz y sonido  que ofrecía a sus dueños varias posibilidades de juego (muchas de ellas nunca se llegaban a entender por completo). En su versión más completa, rompecabezas, béisbol, ataque submarino, prueba de memoria, claves secretas, invasores galácticos e incluso la posibilidad de tocar piano eran algunas de sus funciones.

En México la situación económica entre las décadas de 1980 y 1990 no eran las optimas, pero  había un juguete de un costo relativamente alto que debía estar bajo el árbol en navidad y era El Fabuloso Fred.

La locura por la revolución digital y los avances en materia de computación obligaban a los niños a dejar a un lado las muñecas y autos Hot Wheels para tener la oportunidad de jugar con algo que hoy seria equiparable a un PSP, Game Boy o incluso una Tablet.

Muchos DJ`s actuales pudieron haber tenido sus inicios con la maquina musical integrada en El Fabuloso Fred que permitía a los niños inventar una melodía  y reproducirla una y otra vez.