Por: Rafael García

La red social Facebook y el buscador mundial Google, dos de las industrias más grandes del planeta, cayeron en un fraude luego de que un hacker lituano, engañara a las compañías durante dos años, asignándoles más de 100 millones de dólares durante dos años, según el departamento de justicia estadounidense.

El hombre identificado como estafador de las empresas, Evaldas Rimasauskas, de 48 años de edad, fue señalado específicamente por emplear el phishing, que se refiere, en términos informáticos, a la suplantación de identidad, sacando provecho con una forma de ingeniería fraudulenta; normalmente se busca extraer contraseñas o información confidencial.

La autoridad de los EUA, ordenó el pasado marzo la aprehensión en Lituania; pero, en ese momento, no se habían revelado los nombres ni las especificaciones en que cayeron las víctimas; hace apenas unos días, este 27 de abril, se dio a conocer que los afectados son Google y Facebook.

Todo comenzó cuando el aprehendido tejió una red de correos electrónicos, firmas, mensajes de voz y sellos, haciéndose pasar como un proveedor asiático que trabajaba para las empresas, Quanta Computer. El objetivo era vender equipo informático; todo iba bien e, incluso, el fraude se realizó de 2013 a 2015, logrando que las empresas pagaran millones de dólares al hacker lituano.

“Se enviaron correos electrónicos fraudulentos a empleados y agentes de las compañías víctimas, que normalmente realizaban transacciones multimillonarias con la compañía”, afirmó el departamento de justicia de los Estados Unidos el pasado marzo.

Después de un mes, se presume que Google logró recuperar todo el dinero que había perdido en el fraude, y que Facebook ya recaudó la mayor parte, pero aún no en su totalidad; aunque ninguna de las dos empresas detalló cuánto dinero habían transferido y recuperado.

En cuánto a la extradición del ciber-delincuente, Rimasauskas, dice que un juicio en los EUA sería ideal para él. Por su parte, Fortune propone que no hubiese estado tan fuera de contexto haber avisado a los inversores de la estafa. También, se advierte que hasta los más grandes y sofisticados son vulnerables a un ciberataque.