Por: Redacción

El doctor Jorge Legorreta Gutiérrez (1948-2012) consideraba que el verdadero escollo no era la falta sino el exceso de agua en México y propugnaba por una visión integral de la problemática alrededor del vital líquido, recordó el doctor Manuel Perló Cohen, director del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, en el Foro Desarrollo urbano y planeación, organizado en honor al arquitecto como parte de la cuarta edición del Librofest Metropolitano 2017.

Perló Cohen comentó que quien fuera académico del Departamento de Evaluación del Diseño en el Tiempo de la Unidad Azcapotzalco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) advertía que el centro del país contaba con un solo sistema de drenaje donde desembocan las aguas domésticas, industriales y pluviales, lo cual complejiza el tratamiento.

“Desde la academia, la política, los medios de comunicación, incluso como empresario fue sin duda uno de los exponentes más importantes en el ámbito del urbanismo, ya que fue un personaje preocupado en devolverle a la ciudad su vocación lacustre”.

Legorreta Gutiérrez dejó claro que la lucha por la transformación hidráulica debía darse desde diversos frentes, en Xochimilco y Zumpango o bien en las presas y los humedales, pues estaba convencido de que no existía una solución única”, aseguró el doctor en Planeación Urbano-Regional por la Universidad de California, Berkeley.

Patricia Montaño, viuda del homenajeado, expuso que éste fue “un incansable explorador de la ciudad para la cual buscaba soluciones viables. Juntos hicimos viajes de investigación pero también de música y gastronomía, por lo que me complace saber que su dedicación a los temas que eligió como eje de estudio continúen aportando información”.

Además leyó un texto escrito por el doctor Iván Restrepo Fernández, ex director general del Centro de Ecología y Desarrollo A. C., en el que instó a recuperar el material bibliográfico de Legorreta para tratar la crisis hídrica, ya que “mientras la urbe se expande sin control y se hunde cada año con todo lo que ello significa en materia de seguridad, se sobrexplota el acuífero peligrosamente”.

La doctora Ángeles González Gamio, cronista del Centro Histórico de la Ciudad de México desde 1997, instó al público a seguir las huellas y el ejemplo del urbanista, ya que abrió el camino para rescatar con justicia y equidad, por ejemplo, la labor de los chinamperos y de todos los pueblos originarios en su conjunto.

Sus profundos análisis incluían fotografías antiguas y actuales que muestran las aguas limpias y cristalinas de ríos y manantiales que en su descenso a la ciudad se fueron contaminando, canalizándose a los drenajes, añadió.

“Legorreta advirtió que lo que vivimos es el preludio de una catástrofe, si es que no tomamos las medidas necesarias de inmediato. Durante décadas se dedicó a esa labor en distintos espacios, desafortunadamente, con poco éxito, pero en su obra podemos hallar varias propuestas factibles que deben ser una guía para enfrentar los retos actuales”.

El doctor Saúl Jerónimo Romero, miembro del comité organizador del Librofest, señaló que con el encuentro se busca reafirmar vínculos con autores que abordan ese tema y con autoridades del gobierno federal y de los estados, además de difundir los trabajos que institucionalmente se han emprendido.

El Librofest Metropolitano decidió evocar la trayectoria de un personaje que fue pionero en armar bases de datos y consultas ciudadanas, integrar grupos de trabajo y crear foros para remediar la problemática del agua en la Ciudad de México, por lo que “queremos recuperar su espíritu desde la universidad para ofrecer soluciones concretas en la descontaminación de la cuenca del Valle de México”.

Al inaugurar el foro el doctor Aníbal Figueroa Castrejón, director de la División de Ciencias y Artes para el Diseño de la Unidad Azcapotzalco, ponderó la necesidad de generar conciencia sobre el vital líquido por tratarse de un recurso finito, ya que “en la medida en que aumenta la concentración de la población su disponibilidad se vuelve mucho más difícil”.

“Hemos visto al agua como un enemigo a conquistar, sin considerar que debe buscarse su sostenibilidad a partir de la captación de lluvia y del uso eficiente y racional, pues vivimos en la paradoja de la escasez y, en épocas de precipitaciones, experimentamos fuertes inundaciones”, concluyó.