Por. Arnulfo Roque Huerta /

Como todas las mañanas Renato llega a la escuela, es un buen chico ya tiene planes para su futuro, sabe a qué universidad quiere asistir, cuál carrera quiere estudiar y cualquiera que lo conozca puede asegurar que sin duda va a lograrlo. No es un alumno de excelencia pero se las arregla sin problemas para acreditar las materias y mantener un promedio aceptable, camina siempre sonriente y seguro de sí mismo, tiene un gran carisma y esta mañana se siente muy feliz simplemente porque no hay nada que se lo impida.

Antes de entrar al salón se encuentra con tres de sus compañeros que sonríen entre ellos, se secretean y en la mirada se les refleja que algo ocultan, un tanto curioso decide acercarse a ellos, no pregunta qué sucede sino intenta descubrirlo; los tres compañeros no le tienen mucha confianza por ello intentan eludirlo y mejor hubiese sido para él que lo hubieran logrado; sin embargo se mantiene firme en su empresa de saber qué traman, entonces sin más opción lo hacen partícipe de su plan.

Tal vez no lo pensó o tal vez solo lo hizo por quedar bien con sus compañeros pero al final se involucró. Resulta que a uno de los alumnos en cuestión se le hizo fácil introducir una bebida alcohólica a la escuela, ésta por supuesto venía oculta al interior de la mochila y en un recipiente de jugo y sin más decidieron consumir el contenido de la botella y ya que Renato descubrió la fechoría decidieron invitarlo a ser parte del plan.

Algún compañero o compañera de estos alumnos y de quien aún se desconoce su identidad se dio cuenta de lo que ocurría, y sin más decidió dar aviso a las autoridades, las cuales sin tardanza llegaron al salón y sabiendo quiénes eran los acusados pronto comprobaron que sin duda los chicos habían consumido una bebida embriagante dentro de la escuela así pues no quedó otra salida más que aplicar al pie de la letra el reglamento, no sin antes informarle a los padres de familia que desde ese instante sus hijos quedaban separados de la institución sin que esta decisión pudiera ser apelada.

No sé cuánto pudieron beber o si era suficiente para embriagarse pero la acción misma es incorrecta, por ello cuando alguien me preguntó si era correcta la sanción sin duda dije que sí; pues no podemos andar justificando acciones erradas con el pretexto de que son jóvenes pues que yo sepa la juventud no es pretexto para hacer tonterías.

Escuche comentarios que decían que Renato es un chico inteligente y que no podían creer que le pasara esto, pero en verdad yo he puesto en tela de juicio si realmente “actúa” como inteligente y no solamente lo es en el papel, pues debió entender que todo tiene una consecuencia y que lo que te sucede no es injusto si tú lo has provocado. Creo que inteligente no solo es aprobar con 9 o 10 una materia sino tener la capacidad de poner en una balanza tus acciones y decidirte por las que son correctas.

Esto en poco tiempo no será más que otra anécdota de las muchas que existen en las escuelas, pero debería quedar como experiencia para muchos que en el afán de quedar bien ante un grupo de amigos realizan acciones que realmente no harían si se detuvieran a pensarlo un poco. Debería ser reflexión para los padres para que no dejen nunca de platicar con sus hijos, para que no los olviden y siempre estén atentos a sus amistades, sus cambios de actitud y por qué no hasta de su lenguaje no verbal.

También es para las escuelas un reto importante pues en estos tiempos todo puede ser usando en contra de directivos, profesores, orientadores y demás personal cuestionando ¿Por qué nadie se dio cuenta? Pero no es sencillo pues ahora con todo esto de los derechos humanos cualquier cosa puede resultar un agravio a la integridad del alumno, pues si se les revisa la mochila causa molestia por invadir su privacidad, si se acercan a ver por qué la extraña actitud podría tomarse como acoso, si le llamas la atención estaría abusando de tu poder y si no te das cuenta de lo que sucede pecas de omisión.

La realidad es que mientras la educación no sea primeramente desde casa, casos como estos podrán seguir dándose en la escuela o fuera de ella. Mientras el alumno siga siendo empoderado por leyes absurdas y padres inconscientes situaciones como estas pueden ir en aumento pues créanme que en otras escuelas se hablan de peores cuestiones.

En fin Renato será un alumno más que se va pero a los que se quedan les dejo esta frase de Roy E. Disney: “Cuando tus valores son claros para ti, tomar decisiones se vuelve más fácil.”