Por: Redacción

En las últimas décadas, la incidencia de la diabetes en México ha ido en aumento, en 2013 esta enfermedad fue la primera causa de muerte a nivel nacional, según reportó el INEGI y, a nivel mundial en ese mismo año, el país ocupó el sexto lugar en número de personas con alguno de los diferentes tipos de este trastorno.

La diabetes es una enfermedad que genera grandes costos sociales y económicos para pacientes, familiares y para el Sistema Nacional de Salud, que derivan de una detección tardía y de un tratamiento inadecuado, por lo que quienes la padecen llegan a sufrir diferentes complicaciones.

Por ello, los senadores del Grupo Parlamentario del PAN, Roberto Gil Zuarth, Francisco Salvador López Brito y Maki Esther Ortiz Domínguez, exhortaron la Secretaría de Salud a incorporar en los centros de salud públicos, la realización -cada tres meses- de la prueba de hemoglobina glicosilada (Hb1Ac), a los pacientes que viven con cualquier tipo de diabetes, y emplearla como prueba estándar y continua de medición de control.

Además, los legisladores pidieron a la Secretaría de Salud establecer un indicador en el sistema Nacional de Salud, que mida el porcentaje de pacientes en control glucémico, a través de la prueba HbA1c.

En el punto de acuerdo, publicado en la Gaceta Parlamentaria, los senadores destacaron que según la más reciente Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut 2012), el costo anual de la diabetes para el año inmediato anterior fue de cerca de ocho mil pesos por persona al año, por lo que para 2012 se requerían aproximadamente 48 mil millones de pesos para su manejo.

A su vez, indicaron, en 2013 el costo por la atención médica de los pacientes representó 0.15 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), mientras que el costo por la atención de las complicaciones representó 0.97 por ciento del PIB, es decir, las complicaciones cuestan casi siete veces más que el adecuado manejo médico.

Dicha encuesta también refiere que para ese año en México había 6.4 millones de adultos con diabetes, lo que representa que 9.2 de la población adulta contaba con un diagnóstico positivo para la enfermedad. Sin embargo, advirtieron, el total de personas adultas con diabetes podría ser el doble si se considera a quienes aún no conocen su situación.

Otro de los puntos que los senadores exponen en la propuesta es que, de la población diagnosticada con algún tipo de diabetes, poco más de 80 por ciento recibe tratamiento, pero sólo 25 por ciento mantiene un adecuado control médico, por lo que 24.7 por ciento de las personas con diabetes está en un grave riesgo y 49.8 por ciento está en riesgo muy alto de padecer complicaciones.

Asimismo, señalan que del total de la población mayor a 20 años, 4.3 por ciento vive con diabetes e hipertensión, lo que afecta más la condición de vida de las personas y sus familias.

Los senadores también destacaron que, según un estudio realizado en 2011, por cada 100 pesos que se gastan en atender todos los tipos de diabetes en México, aproximadamente 51 provienen de los hogares o de ingresos familiares, lo que representa una fuerte carga social, ya que se trata de un padecimiento de alta prevalencia como problema de salud.

Por ello, garantizar el control glucémico de los diabéticos debe ser una prioridad en el diseño e implementación de políticas y programas de tratamiento de esta enfermedad.

No obstante, en el país se carece de un seguimiento apegado a la normatividad y recomendaciones internacionales, con lo que se dificulta el adecuado control de la enfermedad, así como una falta de seguimiento del tratamiento por parte de los profesionales de la salud y una falta de adherencia al mismo por parte del paciente, argumentaron.

Al mismo tiempo, señalaron que todas las actividades de prevención de la diabetes tipo 2, así como el tratamiento y control de cualquier tipo de diabetes, se rigen por la Norma Oficial Mexicana, NOM015-SSA2-2010 que establece las diferentes etapas de manejo de la enfermedad, no obstante debe ser fortalecida y mejorada a fin de garantizar el diagnóstico oportuno de las personas y del bueno control de la enfermedad.

En este sentido, subrayaron que para el buen control de la diabetes es necesario garantizar la rectoría del Estado y seguimiento de acciones desarrolladas, así como la participación de todos los sectores, paciente, sociedad civil, sector salud y Estado.

Los legisladores también exhortaron a la Secretaría de Salud a garantizar el abasto y acceso continuo de insumos y pruebas clínicas relacionadas con la diabetes, de manera individualizada; y crear el expediente clínico electrónico nacional de pacientes con enfermedad crónica, especialmente de todos los tipos de diabetes, para conocer el estado de la enfermedad, los medicamentos administrados, pruebas clínicas realizadas.

Adicionalmente llamaron a la dependencia federal a fortalecer las capacidades de los centros de salud con tratamientos y atención seguros, efectivos y en forma para los diferentes tipos de diabetes y regular de forma adecuada y efectiva el tratamiento y atención de los padecimientos crónicos, especialmente de la diabetes, fuera de los centros certificados de salud, como farmacias y consultorios no regulados.