Por: Redacción/

Investigadores de la UNAM desarrollaron un híbrido de dos especies de chayotes silvestres mexicanos, cuyo extracto crudo contiene un poderoso agente antitumoral y antineoplásico (contra el cáncer), pero que es amable con las células normales.

Edelmiro Santiago Osorio, quien junto con su grupo de trabajo de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Zaragoza logró estos resultados luego de una década de investigación y pruebas de laboratorio, se dijo sorprendido al corroborar la actividad de esta hortaliza como agente antineoplásico.

Incluso, indicó el especialista en biología celular, es tan poderosa como la citarabina, medicamento empleado en el tratamiento de algunos tipos de cáncer, cuyo mecanismo se basa en interferir la síntesis de ADN, lo que dificulta la multiplicación de las células malignas.

El extracto crudo del híbrido generado en su laboratorio es mil veces más potente que el de los ejemplares que pueden encontrarse en un mercado común, por lo que se busca crear o incubar una empresa que ponga al alcance del público la sustancia activa de este “súper chayote”.
“Tendríamos que comer muchos kilos de chayote del mercado para tener el efecto que logramos con el híbrido; sin embargo, indistintamente es sano consumir esta cucurbitácea, de hecho en los hospitales es parte básica de la dieta”, subrayó.
Avances

El potencial del extracto crudo del híbrido universitario se evaluó en líneas celulares leucémicas y células mononucleares de médula ósea de ratones normales, y se comprobó que inhibió en gran medida la proliferación de algunas líneas celulares reproductoras del cáncer, reveló el investigador de la FES Zaragoza.

“A pesar de todo lo que se hace en laboratorio para combatir el cáncer seguimos con altas tasas de decesos; la estrategia que se ha seguido en los últimos años es buscar moléculas que bloqueen un punto particular dentro de la bioquímica del desarrollo de esa afección: los blancos moleculares, pero aún no tenemos los impactos esperados”, reconoció.

El universitario explicó que la idea de él y su equipo de trabajo es no buscar una sola molécula, sino tener un arsenal: “debemos encontrar la forma de atacar al mismo tiempo con varias moléculas en diferentes puntos de posible desarrollo de la célula tumoral”.

Esta línea de investigación, concluyó Edelmiro Santiago, inició en 2005, para sumar esfuerzos entre ingenieros agrónomos que investigaban el chayote para saber que otro efecto biológico podría tener, aparte de los beneficios alimenticios.