Por: Mugs Redacción

El pensamiento de un hombre romántico, poseedor de una conciencia un poco desgarrada por saber que los seres humanos “somos dueños de nuestro destino y a la vez que podemos todo, no podemos nada”, es plasmado en Breve introducción a la vida y obra de Rudolf Rocker, de Francisco Javier Meza.

El texto, dado a conocer en la XXIX Feria del Libro Internacional de Guadalajara, rescata una serie de reflexiones de un luchador social alemán que primero fue encuadernador y autodidacta, y es descrito como amante de la libertad y enemigo de la injusticia.

Rocker era un fiel seguidor de los irónicos versos de Heinrich Heine y hablaba mänzerisch (dialecto de Mainz o Maguncia), alemán, inglés, francés, yidish y español; fue una de las últimas figuras importantes del anarquismo europeo, en declive como movimiento político de masas en la primera mitad del siglo XX.

La esencia de Rocker reside en la filosofía que desarrolló con una tendencia cercana al anarquismo, movimiento originado durante el siglo XVIII, caracterizado por difamar a los Estados, gobiernos, partidos políticos, iglesias y sectas.

Varias de sus ideas, se señala en el libro, se relacionan con su lucha contra la violencia y la ambición, en cambio y gracias a un conocimiento profundo, singular, crítico y vasto sobre la historia de la civilización occidental defendía el derecho de apropiación de la cultura universal.

El autor realiza un recorrido por cada una de las etapas por la que el pensador alemán transitó hasta convertirse en un militante socialista, y hace una revisión de sus influencias familiares y gustos personales; asimismo, subraya algunas de sus ideas políticas que difundió mediante propaganda anarquista.

También se refiere a la vida clandestina de Rocker luego del proceso de exilio al cual se sometió junto con muchos de sus connacionales por mantener una postura crítica hacia el Congreso Socialdemócrata, y que dio paso a la creación de la Asociación de Socialistas Independientes.

Admirador de París, Rocker vivió una época particular al visitarla en noviembre de 1892, un periodo en el que la Comuna se encontraba en desprestigio y había un clima envuelto por la corrupción extendida en la mayoría de los funcionarios de Estado.

De su paso por el viejo continente, Meza refiere que este personaje experimentó en Estados Unidos escribiendo revistas y sustentando conferencias, en un país que lo deslumbró por su poderío económico y donde reafirmó sus concepciones políticas federativas.

Además retoma sus anhelos y utopías más profundas para el horizonte del ser humano, así como su concepción del anarquismo ligado al del poder para pasar a la crítica al nacionalismo al cual contrapone con el totalitarismo y en el que también aborda el tema religioso, así como su vínculo con el marxismo.

El libro incluye un recuento detallado de sus obras más importantes y un glosario de términos clave útiles para comprender a un individuo que llegó a los 78 años convencido de que la ambición es monótona porque no admite un nuevo estímulo.