Por: Redacción/

La contaminación atmosférica representa una amenaza constante a nuestra salud, bienestar y calidad de vida, se expone en el libro “Efectos de la contaminación atmosférica en la salud”, elaborado por expertos de la UNAM y de otras 13 instituciones.

Está asociada a riesgos cardiovasculares, pulmonares, neurológicos (como trastornos del sueño y convulsiones) y embrionarios (disminución de la concentración de espermatozoides, alteraciones en la formación y la calidad del óvulo), entre otros.

En los últimos 50 años, la Ciudad de México ha pasado de ser una urbe transparente a una megalópolis con una atmósfera cargada de contaminantes, cuyos efectos “apenas vamos reconociendo, pero sabemos que son graves”, dijo en la presentación el coordinador del Programa Universitario de Investigación en Salud (PUIS), Samuel Ponce de León Rosales.

Con él coincidió la directora del Centro de Ciencias de la Atmósfera, Telma Castro Romero, quien expuso que aunque en las dos últimas décadas se han tomado acciones para resolver el problema, aún son insuficientes.

De acuerdo a programas para mejorar la calidad del aire, si se aplican medidas de mitigación se podrían prevenir dos mil muertes al año. Asimismo, destacó que la información con la que hasta ahora se cuenta está relacionada con la Ciudad de México, pero es un problema fuerte en otras urbes del país, en las que se requiere impulsar investigación.

En su oportunidad, el titular de la Dirección General de la Divulgación de Ciencia, César Augusto Domínguez, indicó que el libro, conformado por 20 capítulos, expone la cantidad de factores a los que están expuestos los habitantes de esta metrópoli por el simple hecho de vivir aquí, y a partir de ello promueve una concientización informada.

Incluye capítulos conceptuales, metodológicos e históricos. En estos últimos, por ejemplo, se habla de las molestias por los humos en las cuevas pleistocénicas, hasta el presente, en que hemos rebasado las 400 partes por millón del bióxido de carbono en la atmosfera, comprometiendo los sistemas de soporte de vida.

“El libro nos mueve de la intuición a la certeza y de allí a la preocupación. Espero que esta última fase sea la acción constructiva y concertada que permita paliar y, en el mejor de los casos, resolver este problema multifactorial”, subrayó.

En tanto, el director del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), Jorge Salas Hernández, indicó que el libro es una lectura indispensable para comprender este tema de salud pública mundial.
Nadie escapa a los efectos de la contaminación atmosférica. Por ejemplo, la exposición prenatal aumenta el riesgo en el feto de múltiples alteraciones: neurológicas y respiratorias, y compromete el desarrollo pulmonar. A estos efectos hay que agregar los daños en la piel y en los ojos (como síndrome de ojo seco).

Salas Hernández expuso datos incluidos en la obra, como el que reporta la Sociedad Americana de Químicos, respecto a que los seres humanos hemos producido 126 millones de sustancias químicas diferentes y en la actualidad se podría estar aislando una sustancia nueva cada 2.6 segundos. “¿Podemos concebir lo que esto significa y el impacto que tiene?”, cuestionó.

Finalmente, el coordinador de la Investigación Científica de la UNAM, William Lee, afirmó que el libro “Efectos de la contaminación atmosférica en la salud” es ejemplo del trabajo multidisciplinario y confió en que sirva para establecer las políticas públicas necesarias para hacer, nuevamente, de la zona metropolitana una región transparente.

En el texto intervinieron expertos de las facultades de Ciencias y Medicina; de las direcciones Generales de Atención a la Comunidad y del Deporte Universitario de esta casa de estudios; del Centro del Cambio Global y la Sustentabilidad en el Sureste, y de los institutos nacionales de Nutrición, Cardiología, Enfermedades Respiratorias y Perinatología, entre otros.