Por: Redacción

A fin de disminuir los crímenes violentos cometidos con armas de fuego, la diputada Cristina García Bravo pidió al Congreso de la Unión intervenir para que el gobierno de México solicite al de Estados Unidos frenar el tráfico ilegal de armas.

A través de una propuesta de punto de acuerdo, la legisladora perredista solicitó a la Comisión Permanente del Congreso de la Unión dirigir un exhorto a la Secretaría de Relaciones Exteriores para que pida al gobierno estadounidense detener la venta ilegal de armas a grupos delincuenciales que actúan en México.

Esto –dijo- “permitirá bajar los índices de homicidios en México causados por la delincuencia organizada”, opinión –agregó- que es compartida por las mismas autoridades estadounidenses, como los secretarios de Estado y Seguridad Nacional, respectivamente Rex Tillerson y John Kelly.

Recordó que en su visita a nuestro país en febrero pasado, el secretario de Estado de Estados Unidos Rex Tillerson reconoció que la demanda de drogas de sus conciudadanos y la venta de armas a México provocan violencia y muerte, ante lo cual se preparan nuevas estrategias de actuación, como atacar los flujos de efectivo, procesos de producción de drogas y la disponibilidad de armas por parte de los grupos delincuenciales.

Por su parte, John Kelly consideró prioritario hacer frente a la demanda de drogas en Estados Unidos aunque nunca se elimine en su totalidad, pues se puede reducir significativamente lo mismo que los problemas que se asocian a su tráfico y consumo, como la violencia en México.

“Tomarles la palabra a los Secretarios Tillerson y Kelly corresponde al gobierno mexicano, y solicitarles eso que en otros años han llamado la “corresponsabilidad” en el tema de las drogas porque el problema es de ambos países, por no decir de impacto internacional. Fluyen drogas hacia el mercado estadounidense, ciertamente, pero al igual llegan ilegalmente armas a México”, dijo García Bravo.

La parlamentaria perredista destacó que Estados Unidos es el principal fabricante y proveedor de armas de todo tamaño y calibre en el mundo. En algunos casos, sus traficantes lo hacen de manera legal, pero en otros no respetan fronteras, acuerdos ni regulaciones.

Refirió el caso del programa “Rápido y Furioso” que, a sugerencia de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos de Estados Unidos permitió la venta ilegal de miles de armas a grupos delincuenciales entre los años 2009 y 2014, lo que contribuyó a multiplicar los asesinatos en México.

Citó un informe de 2013 hecho por la Universidad de San Diego según el cual cada año se comercian 253 mil armas de fuego de Estados Unidos a México, lo que equivale a 693 por día.

Refirió también el “Informe Tráfico de Armas México-USA” de la Procuraduría General de la República de 2008, según el cual éste –el tráfico de armas- es el segundo delito en importancia cometido por el crimen organizado y equivale al 15 por ciento de ilícitos federales en el país.

De acuerdo con las propias autoridades federales, hay más de 15 millones de armas ilegales en las 32 entidades de la República.

“Es decir, que el problema de seguridad pública por el que atraviesa México, particularmente desde 2008 a la fecha, pasa por la violencia generada desde las bandas del crimen organizado que cuentan con las armas más sofisticadas, hasta por la militarización como base en la llamada “guerra contra las drogas” que azuza la violencia en lugar de otorgar paz a la población”, puntualizó García Bravo.

La también secretaria de la Comisión de Seguridad Pública de la Cámara de Diputados reconoció que la resistencia de los traficantes de armas, incluso con apoyo de grupos como la Asociación Nacional del Rifle de Estados Unidos, son un gran obstáculo para la solución de este problema.

“No obstante lo anterior –dijo-, como legisladores comprometidos con la vida de los mexicanos y el derecho a vivir en un ambiente de total seguridad, debemos agotar todas las instancias tanto internas como externas para resolver el problema de fondo”, por lo cual consideró necesario que se apruebe el punto de acuerdo que propuso.