El Pleno del Senado de la República aprobó, con 89 votos a favor, 20 en contra y cero abstenciones, el dictamen por la que se adiciona un artículo 19 Bis a la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, para que el remanente de operación del Banco de México (Banxico) sea utilizado para disminuir la deuda pública y mejorar la posición financiera del gobierno federal.

Dicho artículo estipula que, cuando menos el 70 por ciento de los remanentes de Banxico se destinarán a la amortización de la deuda pública del gobierno federal, ya sea a la contratada en ejercicios fiscales anteriores o a la reducción del monto de financiamiento necesario para cubrir el déficit presupuestario aprobado para el ejercicio fiscal en que se entere el remanente, o bien, una combinación de ambos conceptos.

El resto del remanente se destinará al fortalecimiento del Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios, o al incremento de activos que fortalezcan la posición financiera del Gobierno Federal.

La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) estará obligada a dar a conocer la aplicación específica de los recursos del remanente de operación que, en su caso, hubiese recibido de Banxico, así como la reducción que ésta hubiere generado en el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público, en el último informe trimestral del ejercicio fiscal de que se trate.

El presidente de la Comisión de Estudios Legislativos Segunda, senador Alejandro Encinas Rodríguez, al presentar el dictamen, adelantó que su voto sería en contra pues considera que es irresponsable que se pretenda un sobre endeudamiento del país que, de acuerdo al Instituto Belisario Domínguez, se ubica ya en nueve puntos porcentuales del Producto Interno Bruto (PIB), y llegará al 12 por ciento en el próximo año.

Recordó que el pasado dos de septiembre el presidente Enrique Peña Nieto afirmó que, pese a la depreciación del petróleo, no se iban a aumentar los impuestos ni a endeudar más al país, esto “cuando ya la deuda asciende a siete billones 979 mil millones de pesos, cifra superior a dos billones 800 mil millones de pesos, el saldo registrado en 2011”.

Además, se espera obtener en los próximos tres años 50 mil millones de pesos, a través de la colocación de bonos en la Bolsa Mexicana de Valores, para financiar el Ramo 33 en demérito de las finanzas de los estados y municipios.

A ello se suma la advertencia de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED por sus siglas en inglés) acerca del posible incremento de las tasas de interés, así como el cambio en la tasa Libor, que a tres meses proyecta un incremento de 300 por ciento, que impactará necesariamente en el costo de la deuda y “por lo cual es absurdo que no se considere tener un sobre endeudamiento para el país”.

Al presentar su voto particular, la senadora Dolores Padierna Luna, del Grupo Parlamentario del PRD, aseguró que los remanentes del Banco de México que se destinarán al pago de deuda, deberían estar orientados a la inversión de infraestructura productiva que impulse el crecimiento y desarrollo económico.

Señaló que esto es “tirar el dinero a la basura”, pues tan sólo por el tipo de cambio del peso respecto al dólar se estima un excedente de 100 mil millones de pesos; con la ley el 70 por ciento de estos recursos serán para pagar el déficit fiscal.

El senador Manuel Bartlett Díaz, del Grupo Parlamentario del PT, advirtió por su parte que disponer de los recursos extraordinarios de Banxico para el gobierno en turno derivará en su uso político partidario, y generará “incentivos perversos” para continuar con el endeudamiento.

Esta medida que busca proporcionarle condiciones al gobierno federal para que Banxico sea su prestamista de última hora para “despilfarrar” el dinero en gasto corriente, además, rompe con la autonomía del Banco Central, afirmó.

El senador Mario Delgado Carrillo, del Grupo Parlamentario del PRD, señaló que en esta reforma existe una prevención, pues pretende los remanentes del Banco de México para pagar deuda, pero al mismo tiempo se flexibiliza el concepto de déficit público para incorporar los proyectos de alto impacto, “que pueden ser lo que sea”.

Consideró que el proyecto “viola la autonomía del Banco Central”, porque no puede financiar el gasto del gobierno, y propuso que en lugar de destinar estos recursos extraordinarios para disminuir el déficit se dirijan a programas de inversión en educación y salud.

Su compañero de bancada, Benjamín Robles Montoya, coincidió en que se desperdiciaría una gran oportunidad para menguar la crisis económica actual: “este giro en el uso de los remanentes resulta absurdo y puede ser entendido como la continuación de una política que nada tiene que ver con resolver los verdaderos problemas de la pobreza y el desempleo”.

Afirmó que, desde 1994, cuando se le otorgó la autonomía al Banco de México, se ha convertido en una práctica permanente para eludir la responsabilidad de sumarse al crecimiento económico del país.

Finalmente, el senador del Grupo Parlamentario del PAN, Daniel Ávila Ruiz, resaltó que el gobierno federal no asume su responsabilidad en el mal manejo de la política cambiaria y, al usar el remanente para pagar deuda pública “se están quemando de forma inútil miles de millones de reservas de dólares, que cada vez serán más difícil de reponer por la caída de los precios y la producción del petróleo”. El gobierno federal no debería endeudarse y que los remanentes se utilicen en inversiones más productivas, agregó.