Por: Gabriela Espinoza

Berta Cáceres, líder y cofundadora del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), fue asesinada tiros esta madrugada en la localidad de La Esperanza, provincia de Intibucá, en el oeste de Honduras, por defender los derechos humanos y realizan activismo social, declaró Erika Guevara-Rosas, Directora para las Americas de Amnistía Internacional.

Erika Guevara manifestó que el cobarde homicidio de Berta es una tragedia anunciada, porque “durante años, había sido víctima de una campaña constante de acoso y amenazas para impedir defender los derechos de las comunidades indígenas” e informó que la COPINH había protestado recientemente contra la construcción de la represa de Agua Zarca en la comunidad de Río Blanco.

De acuerdo con el testimonio del  COPINH, Berta Cáceres y sus compañeros tuvieron un fuerte altercado con vigilantes y promotores del proyecto, quienes según los agredieron mientras participaban en una protesta. Después, el 25 de febrero el Consejo denunció que 50 familias lencas de la comunidad de La Jarcia, Guisé, en el departamento de Intibucá, fueron desalojadas con violencia.

 

La directora para las Americas de Amnistía Internacional, también aseguró que las autoridades hondureñas “tendrán las manos manchadas de sangre, a menos que emprendan acciones enérgicas para encontrar a los responsables de este atroz crimen y  tomen medidas para proteger a otros activistas como Berta”.

Por último hizo un llamado al gobierno para  lleve a los responsables de este crimen ante la justicia y garantice la protección de la familia de Berta y de todas las personas que integran COPINH, debido a que !la muerte de Berta tiene un impacto devastador en multitud de activistas y organizaciones de derechos humanos, que han trabajado con ella para garantizar la protección de los derechos de algunos de los pueblos más vulnerables de América”.