Por: Aldo Herrera

Eduardo García Morales, oficial de programas de la representación de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en México, aseguró que el hambre y la pobreza no son una “fatalidad inevitable”, ya que sus causas son políticas y su existencia depende de quién controla los recursos naturales que permiten la producción de la comida, así como de quienes se benefician de las políticas agroalimentarias y de las ganancias dentro de las cadenas de valor de la producción.

Al inaugurar la reunión del ITAMMUN 2015 (ITAM Model United Nations), cuyo propósito es sensibilizar a los jóvenes universitarios sobre los conflictos que amenazan la paz mundial y las problemáticas sociales, económicas y políticas de la agenda global, el representante de la ONU dijo que en el mundo ya no se puede producir más a costa de seguir arrebatando terreno a los ecosistemas, con el único fin de aumentar de forma extensiva la frontera agro-productiva, buscando satisfacer un modelo consumista, donde se desperdicia una cantidad de alimentos aproximada a mil 300 millones de toneladas al año.

Refirió que el desperdicio que realiza una persona en al año, en un país desarrollado, va de 95 a 115 kilogramos; mientras que los pobladores más pobres del planeta desperdician una cantidad de 6 a 11 kilos de alimentos al año, lo que significa que cantidades enormes de recursos empleados para la producción, agua, tierra, fertilizantes, combustibles, se utilizan en vano, con un costo ambiental muy alto.

“Hoy los alimentos son una mercancía cuya función principal que es alimentarnos ha quedado en segundo plano, por la función de generar ganancia al mejor costo y por lo tanto como un bien de consumo, quedan apartados de los que no tienen los recursos para adquirirlos”, concluyó.

Jesús Peña Palacios, representante adjunto en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, dijo que la ONU seguirán trabajando para hacer frente a las emergencias que surgen en el mundo, a fin contribuir con los cimientos de un futuro mejor, “porque la paz, el desarrollo sostenible y los derechos humanos son los pilares que se interrelacionan y sustentan nuestro esfuerzo”.

En tanto, la senado panista Gabriela Cuevas, señaló que México enfrenta uno de los retos más trascendentales en su política exterior, que es retomar el liderazgo y el reconocimiento internacional, el cual está dañado debido a la corrupción, la pobreza, la desigualdad y la violencia que prevalece en el país.

Indicó que México forma parte de las 20 economías más importantes del mundo, es la nación número 11 en cuanto a población; ocupa el lugar 15 dentro de los principales exportadores e importadores de manufacturas, y su ubica en la posición 20 respecto a los países con mayores reservas de petróleo en el mundo.

Afirmó que a pesar de que la nación mexicana cuenta con potencial para ser un actor destacado en el mundo, se ha mantenido ausente en diferentes sucesos, como las negociaciones para el restablecimiento de relaciones entre Estados Unidos y Cuba.

Tampoco formamos parte de las negociaciones del Acuerdo Trasatlántico de Comercio e Inversión, recientemente firmado entre Estados Unidos y la Unión Europea, que era una mesa propicia para México al ser socios estratégicos de los países europeos y por el TLC con América del Norte, comentó.