Por: Luis Alberto Rivas 

El 13 de julio de 1985 el estadio de Wembley se rindió. Esa noche artistas de renombre reunieron sus talentos en la lucha contra el hambre que azotaba Etiopía. Un grupo inesperado fue la estrella.

Los asistentes parecían hipnotizados. Un micrófono se blandía por todo el escenario. Era el líder de la banda Queen: Fredy Mercury. Al unísono se corearon las canciones, aplaudiendo cuando era pertinente y respondiendo a los retos de voz que éste y sus compañeros hacían.

Farrokh Bulsara -nombre real de Mercury- y sus acompañantes, tenían que subir al escenario y durante poco menos de 20 minutos complacer a las 74 mil personas que se encontraban en uno de los estadios más emblemáticos del mundo. El cometido fue logrado, fue la victoria del grupo de “La Reina” que se llevó la corona como el más icónico de concierto en el césped.

Le bastó su pantalón de mezclilla desgastado, su camisa blanca de tirantes y la interpretación de algunas de sus canciones más populares para que el concierto Live Aid y la reunión de las bandas U2, David Bowie y Elton Jhon pasaran a segundo término.

La interpretación de “Bohemian Rhapsody” de aquella noche en el estadio Wembley aun hace eco 31 años después.

El guitarrista y astrofísico inglés Brian May confesó que muchos no estaban al tanto de la presencia de Freddie y su banda porque entraron de último momento al cártel. Dato que quedó olvidado cuando “Radio Ga Ga” entusiasmó a todo el público asistente.

Elton John quien también se presentó en Live Aid declaró que, las estrofas de Bohemian Rhapsody y los éxitos de la banda “que eran muchos”, modificó por un momento la atmósfera de seriedad que dominaba a los artistas, ya que Live Aid después de todo era un concierto de beneficencia para un problema de grandes escalas.

Elton John cuenta que al terminar la participación de la banda inglesa se reunió en privado con Mercury y le dijo:

“Eso fue increíble, nadie podrá superarlo”.

Si bien la carrera con su banda integrada por Brian May, Roger Taylor y John Deacon; fue exitosa durante la década de 1970, esa noche se registró el nombre de “Queen” en la historia del Rock.

El responsable fue un hombre delgado de dientes prominentes, destacado y señalado por sus teatrales atuendos y exóticos bailes. Nacido el 5 de septiembre de 1946 en Guayaratí, Zanzíbar; de ascendencia parsi e hindú, Farrokh se encargó de superar las expectativas y convertirse en la leyenda con el nombre de Freddie Mercury.

Este texto no es para hablar del concierto que los rockeros ubican como el más grande de Queen, sino para rendir tributo a uno de los más grandes cantautores ingleses en el día de su nacimiento.

Un hombre que no perdía los estribos al recibir abucheos y zapatazos como ocurrió en una de las dos presentaciones de Queen en Puebla, México; pero que no dudó en expresarle su enojo a sus compañeros cuando en su concierto ofrecido en Montreal la gente le permitió cantar “Love of my life” sin interrupciones, cosa que Bulsara consideraba inadmisible, ya que los gritos del público debían opacar su voz, al menos a eso lo habían acostumbrado sus presentaciones anteriores.

Su voz que según el estudio científico Freddie Mercury: acoustic analysis of speaking fundamental frequency, vibrato, and subharmonicsha ha confirmado es única en su tipo y potencia debido a una condición muy especial que permitía al cantante modular su voz.

Hablar de Freddie Mercury es tocar el tema de la homosexualidad, cuando su música pretendía conquistar el mercado americano fue censurado durante el mandato de Ronald Reagan. Un cantante que se vestía de mujer para entonar “I want to break free” no era bien visto por grupos conservadores que no permitieron que las canciones de Queen sonaran en la radio.

No solo el look femenino adoptado en el mencionado vídeo, puso en duda la orientación sexual del cantante, cuando se mostró con cabello muy corto, un prominente bigote y camisas blancas sin mangas imagen relacionada a las comunidades gay americanas, ante un público acostumbrado a las grandes cabelleras, se habló aún más de la supuesta homosexualidad del cantante. Pese a la discreción con que manejaba su vida privada, Freddie nunca mantuvo en secreto su gran apetito sexual y la vida de excesos que lo rodeaba.

Que Mercury experimentara con vestuarios de mujer, trajes de colores llamativos y brillantes, es producto su formación en un colegio donde aprendió diseño. Cuando su banda comenzó a resonar en todos los rincones del país anglosajón decidió “dar de que hablar” fusionando la música con el teatro y las artes circenses. Llevando la fusión a tal nivel que el mismo David Bowie confesó que Queen superó los límites.

La creatividad de Farrokh no solo quedó registrada en la música y la moda, el logotipo de Queen que apareció en 1973 fue diseñado gracias los conocimientos de diseño del compositor, basándose en los signos zodiacales de sus compañeros y el propio. Cáncer correspondiente a Brian May, Roger Taylor y John Deacon compartieron los leones de correspondientes al signo de Leo, el vocalista del grupo fue representado con dos hadas inspiradas en Virgo; todos ellos rodean a la “Q” de Queen, protegida por el fénix que representa el resurgir de sus integrantes tras fallidas bandas como “Smile”.

Otro tipo de arte con el que decidió probar suerte fue con la ópera, no solo en su último trabajo a lado de Montserrat Caballé, la cantante de ópera española. Cuando Mercury decidió entrenar su voz para llevarla a otro nivel y mezclarlo con los ritmos del rock y pop con los que experimentaba dando como resultado uno de los mayores éxitos musicales de la historia “Bohemian Rhapsody”.

Nadie apostaba porque una canción que se atrevía a rebasar la duración promedio de dos minutos tuviera éxito, el vocalista al respecto declaró “Puedes gustarle o no, pero ¿Con qué lo pueden comparar?”

El sencillo se colocó rápidamente entre los numero uno, terminando de sentar su éxito con un video musical lleno de luces y con llamativos efectos especiales.

Además de canciones como “We will rock you” y “Another one bites the dust” las guitarras y sonidos de la banda llegaron al cine con las películas “Flash Gordon” y “Highlander” y gracias a su colaboración con Montserrat Caballé Freddie Mercury fue la voz de los juegos olímpicos de Barcelona en 1992.

Su disco como solista “Barcelona” y el vídeo These Are The Days Of Our Lives fueron los últimos proyectos de Freddie, quien desaparición de la escena pública ocultándose incluso de sus compañeros para superar su enfermedad de la que entonces se desconocía mucho.

Un día antes de morir se emitió un comunicado en el que el cantante era víctima del SIDA, Freddie Mercury falleció el 24 de noviembre de 1991, a la edad de 45 años, dejando gran parte de su fortuna a Mary Austin.

Independientemente de su orientación, Mary fue la mujer que estuvo con él y que fue considerada como el gran amor del músico, para quien fue compuesta la canción “Love of my life” una de las canciones más dulces melodías de la banda. Fue de las pocas personas que llegaron a conocer al cantante en todas sus facetas, incluso la del chico tímido en quien se convertía cuando no estaba sobre un escenario. Antes de que el dinero y la fama le llegaran al cantante, Mary fue quien trabajó para poder conseguir el sustento para que él pudiera dedicarse a su gran pasión: La música.

Un año después de su muerte, en abril del año 1992, los tres miembros restantes de Queen fundaron la Mercury Phoenix Trust una de las organizaciones pioneras en la lucha contra el SIDA.

Posteriormente se organizó el concierto de despedida y homenaje a Freddie Mercury, encabezado por estrellas como: Robert Plant, Roger Daltrey, Extreme, Elton John, Metallica y David Bowie. Las voces para rendirle homenaje al músico y a la vez concientizar al mundo sobre el problema del SIDA, se levantaron en el Estadio Wembley, recinto que la banda Queen liderada por su exótico vocalista, conquistó años atrás.

Como parte de las celebraciones por el que sería el 7o cumpleaños del interprete de “Under pressure”, la Union Internacional Astronómica de Pequeños Planetas, nombró al asteroide 17473 con el nombre de “Freddie Mercury”.

Como dato curioso, este asteroide fue descubierto en 1991, mismo año del fallecimiento del cantante. El guitarrista Brian May quien también es astrofísico fue quien confirmó la noticia.