Por: Redacción

El Estadio Domingo Santana, casa de los Bravos de León, fue testigo del talento y destreza que demostró Anselmo Morales Parra, un joven aspirante de la categoría 2001-2002, y a pesar de tener una discapacidad en su brazo izquierdo, para él, no existen los límites.

El exponente de 16 años de edad y con gran amor por el béisbol, realizó el viaje desde un rancho ubicado entre Irapuato y Guanajuato, acompañado de sus amigos, quienes lo impulsaron a realizar pruebas en la Academia CONADE de la especialidad.

Anselmo, quien juega de jardinero central no pudo ocultar su emoción al pisar el diamante del Domingo Santana. “Me siento muy contento de estar dentro de la cancha voy a echarle ganas”.

A diferencia de la mayoría de los aspirantes, quienes acudieron a las evaluaciones acompañados de sus familiares, Morales Parra no llegó con los suyos, ya que ellos trabajan, e incluso, consciente de esto, mencionó que no quería cometer errores ya que fue difícil ir a las pruebas.

Considerado un fuera de serie del béisbol en su comunidad, seguro de sí, compartió que juega en un equipo local en el que su desempeño destaca de los demás.

“Agarré confianza por jugar ya con varias personas. Cada ocho días juego y a veces entre semana después de la escuela, así se va quitando el miedo”, expresó.

En espera de lo que dictamine el comité técnico de la Academia CONADE de Béisbol, con reflexiva valentía agregó: “Vamos con todo y a ver qué dicen los patrones”.

De los casi 800 jóvenes beisbolistas que se dieron cita en la casa de los Bravos de León, la cifra se redujo a 155 para el segundo día de pruebas, en donde Anselmo Morales recalcó su nivel al avanzar a dicha instancia, así que está convencido de que si es uno de los elegidos, hará que valga la pena el alejarse de su familia.

“Si pasa por mi mente que si me voy lejos, pues voy a conocer más personas que me van a ayudar, nuevas amistades y lugares por conocer, me siento orgulloso de estar aquí”, concretó.