Por: Erik Pérez/ 

Una lesión en el deporte puede significar una barrera dura de traspasar, un tropiezo en el intento de llegar a tus metas o incluso el retiro de tu actividad. Pero, para Shocker en el 2012, significó una oportunidad para superarse, la cual supo aprovechar con la creación de El Che Guapo, su restaurante y nuevo estilo de vida desde entonces.

Hoy en día el luchador Luis Jair Soria gana en una cuenta lo que cualquier luchador que comienza en el pancracio puede obtener por una primera lucha en un cartel mediano. El secreto de su éxito se reduce a dos amores, el primero por su familia y la hija que estaba en camino en ese momento. El segundo, por los cortes argentinos de buena calidad.

Shocker debutó en 1992 en las filas del Consejo Mundial de Lucha Libre. Perdió su máscara contra Mr. Niebla en 1999 y solo ha perdido una sola ocasión más en una lucha de apuestas. Pero esta garra y calidad en los encordados se trasladaron a una idea que revolucionaria el mundo de la lucha y comida.

El concepto es un deleite desde la mente de quien lo quiere consumir. Al entrar en su local, como buen restaurante argentino, podrás encontrar  decenas de banderines con los equipos más representativos de ese país. Además de tener un elegante acomodo de mesas para simular una vieja casona en Santa María la Ribera, lugar donde está ubicado el restaurante.

Características que dejan muy atrás la calidad de restaurantes que han creado otros luchadores. Tal es el caso de Súper Astro, que aunque su tortería ya patrocina funciones no ha logrado dar un paso de calidad, en parte por el producto que este ofrece.

Sin embargo, un luchador que nació, creció y vivió con lucha libre como lo es el 1000% Guapo no podía hacer el restaurante por su cuenta, pues el diseño era sumamente complejo. Por eso se alió con su íntimo amigo Carlos Echeverría, un chef con experiencia internacional y la capacidad de llevar a flote una empresa del tamaño de Guapo Grill (actual nombre del restaurante).

Una vez en el negocio, el luchador tuvo que perfeccionar el manejo de su cocina, lo cual hacía bien desde antes de comenzarlo. Además con el cuerpo lacerado por las lesiones debía dedicarse 24/7 a su restaurante. Pero esta presión no era negativa, sino todo lo contrario.

“Me sentía como Sylvester Stallone en la película de Rocky VI, cuando toda la gente iba a su restaurante italiano para que les contara alguna anécdota de box” comentó para Vice en 2017.

Misma sensación que viven otros luchadores que también vieron en la comida una oportunidad de futuro. Como Baby Face, quien aprendió a cocinar Arroz Oriental en sus constantes viajes a Japón para luchar. Shocker, por su parte tiene una característica diferente, no está retirado

“Mi carrera es lo principal, este era un sueño para crecer como empresario, es algo pequeño por ahora, pero esperamos seguir creciendo y que le guste a la gente, fue algo que tardó pero ya está listo” expresó Soria para Diario El Mexicano en el 2011.

Hoy en día su empresa cuenta con el doble de capacidad a comparación con la que debutó. Además sus beneficios han incrementado de tener paquetes con todo incluido por 60 pesos en 2014 a realizar parrilladas por 500 pesos en el menú.

Cuando Shocker soñó con salir del cuadrilátero y tener una vida fuera, su primer pensamiento fue el de crear un restaurante. Hoy puede decir que cumplió su sueño, además regresó a los cuadriláteros, su casa número tres.