Por: José Manuel Mota Fernández

Roger Federer consiguió levantar su octavo título de Wimbledon, tras derrotar por parciales de 6-3, 6-1 y 6-4 a su rival bosnio Marin Cilic, quien sufría de problemas físicos que no lo dejaron desenvolverse de la mejor manera dentro del “pasto sagrado” del Centre Court.

Además, el suizo consiguió su décimo noveno título de Grand Slam, para ampliar aún más la ventaja con relación al español, Rafael Nadal, quien fue su principal adversario pocos años atrás y que solamente ha conseguido proclamarse en 15 ocasiones dentro de los torneos ‘major’.

El partido prometía para mucho, sin embargo, la lesión de Cilic lo llevó a desmoralizarse poco a poco, pues su rival no cedía ni un poco. En cuanto se percató el bosnio que las molestias en el pie no iban a parar durante todo el partido y que sería un factor muy importante en su contra, rompió en llanto cuando estaba sentado en la banca.

A pesar de eso, continuó jugando el resto del partido, pero la capacidad de reacción ya no era la misma que tuvo al inicio del torneo y la derrota, cada vez se veía más cercana para este tenista, quien terminó reconociendo el gran esfuerzo de Federer que busca regresar al primer lugar del ATP.