Por: Erik Pérez/

Con la reciente disolución de la Unión de Repúblicas Socialistas y Soviéticas (URSS), sólo cuatro años antes y una renovada selección, Rusia asistió a su primer Mundial como una nación independiente en 1994, curiosamente desarrollado en Estados Unidos.

Su popularidad no era la más aceptable y sus mejores antecedentes habían quedado muy lejos con un cuarto lugar en Inglaterra 1966. Su papel en el mundial más cercano, Italia 1990 fue pésimo por ser el lugar 17 de la tabla general.

Sin embargo, su realidad futbolística no sería muy diferente ese año, pues su selección no pudo destacar en un difícil grupo en el que también se encontraban los seleccionados de Brasil, Suecia y Camerún.

Ambas selecciones lograron resultados espectaculares en la competencia. La brasileña fue campeona del mundo y los suecos se quedaron con el tercer lugar de la justa.

Pero no todo resultó sin sabor para el debut mundialista de Rusia. Puesto que, de entre las cenizas renació un fénix que hasta hoy en día conserva un récord único que se logró en el partido que menos emociones debió haber dado.

Fue el 28 de Junio de 1994 cuando Oleg Salenko escribió su nombre en los libro de historia de la FIFA cuando anotó cinco goles en el mismo partido, lo hizo contra Camerún y con ello ganó la bota de oro como mayor goleador de la justa junto a Hristo Stoickov de Bulgaria.

Salenko era el soporte que mantenía con vida a su club, el Logroñés en la Liga de España, ya que en esa temporada anotó 16 goles en 31 partidos y logró la permanencia con su equipo. Fue cuando Valencia se hizo con sus servicios y lo mandó a el Mundial como su representante, al estilo de lo que hoy pasaría con Oswaldo Alanís de haber asistido al mundial.

En esa competición Rusia era el rival más débil y lo demostró en el terreno de juego al perder con Brasil 2-0 en el arranque de la competencia. Posteriormente, lo repitió con Suecia en el segundo partido, esta vez 3-1, pero lo destacable fue el gol tempranero que consiguió Oleg.

Ya contra Camerún el poder ofensivo se hizo presente, entre pases filtrados, penales bien cobrados y remates con estilo, Oleg Salenko consiguió perforar las redes al 15´, 41´, 44´, 72´ y 75´ con lo que consiguió ser el único jugador hasta ahora en anotar tal cantidad de goles en un mismo partido de la Copa del Mundo.

A pesar de ello Salenko, nunca pudo ser el referente mundial que Rusia necesitaba. Ese puesto le es dedicado al portero Lev Yashin, quien asistió a cuatro mundiales desde 1958 a 1970. Sin embargo en el ataque si es el mayor anotador en mundiales, pues en ese año superó a Valentin Ivanov, quien anotó un gol en 1958 y cuatro en 1962

Después del torneo Salenko regresó a España para tener un mal torneo con Valencia al anotar sólo siete goles en 25 partidos con el club de Mestalla. Con la mala temporada el jugador fue vendido al Rangers de Glasglow, pero no tuvo suerte en Escocia.

Su siguiente club fue el Istanbulspor de Turquía, quien lo adquirió a cambio del extremo izquierdo Peter Van Vossen. Pero en ese club solo 18 partidos en 3 temporadas, en las que logró 13 partidos.

Fue entonces cuando la duda del retiro comenzó a rondar por su cabeza, pero una oferta de Córdoba lo convenció de seguir jugando. A pesar de ello, solo disputó tres partidos desde 1999 cuando se dio el cambio, hasta el 2001 cuando pasó al club polaco Pogon Szczecin, donde disputó un partido y se retiró el 1 de Septiembre del mismo año.