Por: Alexis García

Los Cardenales de Arizona mostraron ser de verdad rumbo a la postemporada, venciendo en casa 20-23 a los Vikingos de Minnesota, y asegurando su presencia en playoffs. Asimismo los hombres de Bruce Arians dio un importante pasó en miras al título divisional, además de mantener con vida la esperanza de destronar a Carolina como el mejor de la Nacional.

Carson Palmer manifestó una vez más su capacidad para poner a su ofensiva a la altura a la liderada por Kurt Wargner, la cual llevó al equipo del desierto a su único Super Bowl. El egresado de USC sumó un nuevo juego de más de 300 yardas, así como dos pases de anotación.

Por su parte, la defensa estableció un plan de juego inteligente limitando, en la medida de lo posible, a Adrian Peterson, y obligando a la visita a ganar por el brazo de su mariscal de segundo año, Teddy Bridgewater.

El partido se desarrolló de forma pareja, y a cada golpe de un equipo, de inmediato venía la respuesta del rival, lo cual significó un cambio de delantera en tres ocasiones.

Un gol de campo de Chandler Catanzaro de 27 yardas abrió el marcador; mientras que una acarreo de Peterson desde la nueve de Arizona adelantó a los Vikes.

En el ocaso del primer cuarto, un pase de más sesenta yardas de Palmer para Josh Brown devolvió a los Cardenales el mando de juego.
Blair Walsh acertó patada de 44 yardas para empatar a el marcador hacía el medio tiempo.

Para la segunda mitad, los Cards ampliaron su ventaja con una racha de diez puntos sin respuesta. Primero con una recepción en las diagonales de Michael Floyd, y más tarde Catanzaro puso tres puntos más para los del Estadio de la Universidad de Phoenix.

Con la urgente necesidad de acortar distancias, Walsh conectó gol de campo de más de 50 yardas.

Bridgewater tomó el balón con cinco diez en el cronómetro, y montó un drive de 88 yardas para empatar el juego.

Tras la pausa de los dos minutos Arizona, no pudo terminarse el reloj, viendo obligados a patear, y aunque la patada fue buena, aún le dejaban 1:23 a un quaterback que había demostrado poder hacerles daño.

Sin embargo, Bridgewater perdió la concentración en el último momento, y cuando los Vikingos tenían garantizado un gol de campo accesible, la primera ronda de Minnesota no se deshizo del balón, dando a la oportunidad a la defensa de capturarlo, y de paso zafarle el ovoide para recuperarlo y sellar el triunfo local.

Arizona ahora sólo deberá ganar un duelo más para firmar su tercer campeonato de oeste, al tiempo que cierra la lucha por los comodines de la Nacional.

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