Por: José Manuel Mota Fernández

Las huelgas de los árbitros se vuelven cada vez más comunes en el futbol y la violencia, que tanto se intenta erradicar en el deporte más popular del mundo, es la principal causante de estos movimientos arbitrales. Pasó en España a finales de los años noventa, en Argentina en el 2016 y ahora en el futbol mexicano y ante esto, las promesas de elevar el grado de seguridad en las canchas es el motor para que culminen.

En el viejo continente, específicamente en España, los silbantes dejaron de participar una jornada debido a los descalificativos e insultos que recibían en los partidos que les tocaba oficiar. Aquella ocasión, en 1997, los colegiados se negaron a participar y no mediaron con ningún representante de La Liga hasta que terminó esa semana.

Si bien no se detuvieron las acciones por la huelga, ya que se designaron a silbantes de otras categorías, el órgano rector del balompié ibérico prometió terminar con este tipo de insultos hacia los centrales. Luego de que llegaron a una solución con Victoriano Sánchez Ramírez, presidente de la Comisión de Árbitros en ese entonces, se reanudaron las acciones con los árbitros de la primera división.

Nueve años después, la falta de pagos de los silbantes de ese mismo país impulsó una segunda huelga, sin embargo, esta no logró consumarse pues la liga de futbol española determinó que se le pagaría a los jueces en el menor tiempo posible, situación que provocó que regresaran a la actividad sin suspender ni un solo juego de ese año.

En el 2016, en la Liga Argentina una tremenda golpiza a un central de la segunda división, Claudio Elchieri, unió a todos los miembros del Sindicato de Árbitros Deportivos de la República de Argentina (SADRA) a iniciar una huelga por lo sucedido. Ese diciembre la jornada 13 no se jugó y fue hasta que les prometieron más seguridad cuando se reinicio el futbol. Desde ese entonces no se han presentado más casos.

Por otra parte, un parón inminente con los árbitros de Estados Unidos dejó con árbitros suplentes la jornada uno, debido a otra huegla pero esta de los jugadores. Los silbantes, sin un aviso por parte de la MLS decidieron parar por una fecha. En otro país, los árbitros ecuatorianos tampoco participaron una fecha por falta de pagos; tiempo después se saldó la deuda y todo volvió a la normalidad.

Diferentes han sido los escenarios para iniciar una huelga y desde la resolución de todos los casos, no se ha reincidido en ninguna ocasión. Por el bien del futbol mexicano y la credibilidad de la liga mexicana, que lo que está sucediendo en estos momentos tenga el mismo desenlace.