Por: Alexis Díaz

Un milagro con el reloj en cero dio a los Empacadores de Green Bay el triunfo sobre los Leones de Detroit por 27-23, resultado que mantiene con vida los “cabezas  de queso” en la lucha por el título divisional.

Aaron Rodgers y compañía visitaron el Ford Field en la semana 13 de la NFL con la urgente necesidad de sacarse de encima la mala racha que los agobió en el último mes, periodo en el cual habían acumulado cuatro descalabros, mismos que le costaron la cima del norte de la Nacional.

Detroit, por su parte, buscaba en casa ganar la serie contra uno de sus mayores rivales, hecho que no consigue desde la temporada 91. Y con un apabullante inicio, las esperanzas para la Ciudad Motor crecieron.

Un gol de campo cortesía de Matt Prater, así como un serie de 76 yardas que culminó con un pase de Matthew Stafford a Eric Ebron en la zona de anotación, dieron ventaja a los locales de diez puntos tan sólo diez minutos después del kickoff.

Mientras, la defensa se encargaba de presionar a Rodgers, que durante toda la noche tuvo que tirar bajo el agobio que Ezekiel Ansah y demás  linieros; finalmente, tras un par de series que terminaron en despejes, el último MVP lanzó una intercepción a Glover Quin, y una sola jugada después, Stafford encontró a Calvin Johnson para su segundo touchdown del partido.

Ya en el comienzo de la segunda mitad, la ofensiva de los Leones movieron el balón hasta la 16 rival para que Prater pusiera el 0-20.

Abajo por tres posesiones, Mike McCarthy  tuvo que esperar hasta el tercer periodo para que sus hombres reaccionaran, y con un drive de 75 yardas, los Empacadores rompieron el cero.

Una jugada después, fue el turno de la defensa visitante de alzar la mano, forzado un balón suelto que puso a Rodgers de nuevo en el campo.

Con el ovoide en la 12 de Detroit, Green Bay capitalizó, y con una recepción de Davante Adams para avanzar las ocho yardas finales, los de verde y amarillo se pusieron un touchdown abajo.

A la mitad del último cuarto, Prater hizo efectiva su tercera patada del encuentro, para poner nueve de distancia entre ambos conjuntos. Distancia que de inmediato Green Bay recortó tras un minuto de juego. Rodgers aprovechó una secundaria distraída y corrió 17 yardas directo a la zona prometida.

Con el reloj como aliado, Detroit se encargó de quitarle segundos al cronómetro, además de terminar con los tiempos fuera de los Empacadores.

Sólo 23 segundos separaba a los Leones de barrer la serie, y las siguientes tres jugadas no dieron mucha esperanza de que eso cambiara; pero un castigo de Devin Taylor dio a Rodgers una última oportunidad.

Tras el centro, el número 12 prolongó la jugada hasta que finalmente logró plantarse y lanzar el Ave María; el balón, con mucho aire, cayó directo en la zona de anotación, y un pésimo fildeo por parte de la secundaria dejó que Richard Rodgers concretara el milagro.

Green Bay comienza con el pie derecho la recta final de la temporada, contando con esa suerte necesaria en esta etapa de la campaña.

A su vez, Detroit perdió su oportunidad de salvar el año, y pese a tener cuatro duelos por delante, sus esfuerzos deberán concentrarse en el 2016.