Por: Iudex/

Luego de un mes de ver lo mejor del mundo arbitral, de poder apreciar a los 32 mejores silbantes del globo terráqueo, regresó la prestigiosa Liga MX con los mismos problemas que se venían acarreando en los últimos torneos y que se reflejaron completamente en la primera temporada, en el que fue un pésimo inicio.

Todo comenzó con la cancelación del VAR, esa que ya explique ilimitadas veces y que generó, sin existir, la polémica principal de esta jornada, por la cantidad de jugadas que se pudieron calificar o cambiar apenas en los primeros ocho partidos del torneo local.

Para empezar, el gol de Morelia, el que se anuló por fuera de lugar, no hubiera tenido el desenlace que tuvo y, probablemente, los Diablos Rojos no hubieran conseguido el segundo tanto del partido, ya que el juego se hubiera detenido para que se revisara la jugada; eso no quiere decir que el tanto no sea válido.

Además, existieron un sin fin de jugadas que se pudieron revisar como penales que no eran, tarjetas rojas que en una de ellas se pudo revertir la decisión por una rigurosa tarjeta amarilla y, con diferentes factores como jugadas en fuera de lugar que no fueron sancionadas.

Desafortunadamente, esto va a ser lo que veamos hasta el final del presente torneo y, en caso de que la IFAB siga haciéndole el feo a nuestro futbol y arbitraje, probablemente sigamos con las complicaciones hasta el Clausura 2019 y así sucesivamente hasta que el VAR sea una realidad.

Pero creo este mecanismo no es la excusa. La falta de capacitación sigue existiendo, no hay concentración por parte de los nazarenos y los futbolistas, como es costumbre, siguen trabajando conforme a sus necesidades personales y la trampa, sigue siendo parte de este deporte.

Como dicen: “ya ni llorar es bueno”, y solamente nos queda lo de todos los torneos: esperar a que los trabajos mejoren y como siempre, solamente me queda decirles que no se emocionen, porque se ve muy difícil que las cosas cambien a corto plazo, por lo tanto, esto se seguirá viendo semana a semana.