Por: Iudex/

Quedó comprobado que no, que los partidos no se van a parar bajo ninguna circunstancia que sea considerada como algo normal y tradicional dentro del futbol mexicano. Hay que dejar de asustarnos, el grito de “puto” nunca va a detener el flujo de un partido en la primera división mexicana.

Todo esto se vio en el partido entre Cruz Azul y Chivas, el de este sábado, cada vez que Rodolfo Cota y José de Jesús Corona desde la tribuna bajaba el tedioso y odiado grito de “Eeeeeeeeeeeeh puuuuuuuuuto”. Durante las primeras tres veces, todos estábamos atentos a lo que haría el central, pero parecía que no se daba cuenta.

Después del quinto grito en contra de los guardametas, se esperó que se diera el aviso a través del sonido local del Estadio Azul, pero tampoco pasó y poco a poco, se fueron sumando más y más gritos de esta índole en el partido, pero Fernando Guerrero, que fuera de eso tuvo una gran participación, se negó a parar las acciones.

Hay que dejar de hacernos falsas esperanzas, al menos en este torneo va a ser muy difícil ver que un partido de futbol se pare por el bajo comportamiento de los aficionados, es más, va a ser casi imposible terminar con este grito a más de 10 años de su llegada a las canchas mexicanas.

Además, va a costar más trabajo aún si a los altos mandos de la Liga MX, como Enrique Bonilla, le da miedo aplicar las sanciones que dispuso la Federación Internacional de Futbol Asociación, como desalojar a las personas del estadio al tercer aviso por parte del central pero, ¿quién sería el beneficiado al vaciar un estadio?

La respuesta es muy simple, solamente la FIFA pues los caprichos que tiene se cumplirían, de ahí en fuera, se dejarían de vender los alimentos, bebidas y recuerdos dentro del estadios que derivarían en pérdidas para el club local y a la larga tendría una repercusión muy grande en la Liga MX, por eso el señor Bonilla dio marcha atrás a esto.

Pero lo que él parece no saber, es que esa va a ser una de las únicas maneras de detener esta avalancha que ante la prohibición se va haciendo cada vez más grande. Estoy seguro que si paran un partido por cinco o diez minutos como se tiene planeado el “puto, puto” no solo va a ser para el portero, le va a llover al árbitro, comisario, jugadores, entrenadores, etcétera.

Si en verdad quieren detener esto, cumplan con las exigencias de la FIFA, no queda de otra, si es necesario que saquen a la gente de un inmueble, aunque económicamente no le convenga a nadie, háganlo, que los aficionados que van se den cuenta que la moda del grito ese ya quedó atrás y ya no tiene cabida en el deporte más popular del país.

Además de eso, hagan que los árbitros sí detengan el partido y que no hagan caso omiso ante el grito de la afición, total, las mentadas de madre se las llevan a cada rato. Hagan que el sonido local notifique a los hinchas cada vez que griten en un despeje, o bien, si no quieren parar un partido, que el siguiente partido de un equipo se haga a puerta cerrada.

Hay que recordar que detener esto no es solo de una persona o de una Federación, si se quiere terminar con esto, los mismos aficionados tienen que hacer conciencia de esta situación y dejar de gritar por cuenta propia, es ahí cuando va a cambiar todo y se podrá llegar a una solución, mientras eso no se haga, todo va a seguir igual.