Por: Iudex/

El famoso Clásico Regio acaparó las portadas de muchos periódicos a inicios de esta semana. Desafortunadamente, como ha pasado en los últimos enfrentamientos, el futbol quedó a un lado y los seguidores de los clubes fueron los protagonistas por la fuerte pelea previo a la edición número 117.

Ahora asesinaron a un joven de 21 años de edad, quien fue apuñalado, golpeado y apedreado una y otra vez hasta que quedó sin signos vitales, todavía no se sabe si en el lugar o en el camino al hospital. Entonces sí, con el daño hecho, la Federación Mexicana de Futbol, que siempre busca quedar bien, hizo acto de presencia.

Primero, dejó que se celebrara el tan famoso partido porque recordemos que el negocio es lo más importante y un duelo como este trae muchos recursos, además de que el morbo por saber qué va a pasar antes o después del partido también ya forma parte de la sintonización del partido.

Luego de eso, Enrique Bonilla, presidente de la Liga MX, se reunió con directivos de Tigres y Monterrey, para intentar encontrarle una solución a este problema y para ello, ocuparon algunas posibles soluciones que ya estaban escritas en el “Reglamento de Seguridad para Partidos Oficiales”.

Pero antes de llegar a ese punto, hagamos hincapié en el proceder de la Liga MX, avalados por la Federación Mexicana de Futbol. Por crudo o feo que pueda parecer, estas dos entidades ni siquiera tenían que aparecer a dar un punto de vista o intentar encontrar una solución porque sus reglamentos los limitan a hacerlo.

El antes mencionado, en resumidas cuentas dice que la FMF solamente puede actuar con lo que suceda antes durante y después del partido en el estadio e inmediaciones, que son 500 metros a la redonda del lugar; el Mercado Soriana de Avenida Aztlán está a más de tres kilómetros.

Oye Iudex, ¿entonces por qué hubo tanto alboroto?, Esto se debe a la presión social, a intentar ser protagonista en un tema que no te incumbe e intentar hacer acto de presencia en un escenario que no te compete y en el cual no tienes ni la más mínima injerencia porque se habla de delitos, nada que se pueda solucionar con futbol.

Si a esto le sumamos la “soluciones”que dieron, nos podemos dar cuenta no es nada nuevo en el futbol mexicano. Dentro de este mar de enojo e impotencia, Bonilla dio a conocer unos puntos para “erradicar la violencia en el futbol”, que a la letra dicen:

  1. Evitar mantas o mensajes que propicien violencia en los estadios o redes sociales.
  2. NO habrá grupos de animación visitantes en los estadios de Nuevo León.
  3. Deberán entregar una base de datos de los integrantes a los clubes.
  4. Prohibidas las caravanas para llegar a un estadio.
  5. Existirá un comité con clubes y medios.
  6. No darle nombre a los agresores.

Todos estos, menos uno, ya existen. El primero aparece redactado en el Artículo 13, inciso I del Reglamento de Seguridad para Partidos Oficiales. El dos es algo que también se conoce como evitar grupos de animación riesgosos, el tres es la “credencialización” y el cuatro forma parte del dispositivo de seguridad que comienza 500 metrotes antes del estadio y el seis es parte del principio de presunción de inocencia que es un derecho humano. El cinco, ese sí es nuevo.

¿Qué nos quiere decir todo esto?, que muy probablemente, esperando de corazón que no suceda, todo seguirá igual. Vaya, si no se han cumplido a lo largo de decenas de años, de un momento a otro las cosas no van a cambiar y hasta que no haya un castigo ejemplar, nada va a ser diferente.

Con esto se me ocurre, ya para terminar, una serie de castigos reglamentarios y aplicables: Cancelar el partido, eso le duele a los aficionados, vetar inmediatamente el estadio, quitarle puntos de la tabla general al equipo implicado, prohibir el acceso a barras o bien, cumplir con los reglamentos que para eso están.