Por: Redacción

Un universo poético que alude a la belleza de la vida y a secretos de pequeños seres y objetos cotidianos que permiten una mirada colorida y a veces punzante sintetizaTrazos de corazón: 70 años de vida y 50 de pintar paraísos. Martha Chapa, inaugurada el miércoles 17 de mayo en la Galería Manuel Felguérez de la Rectoría General de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

En el acto de apertura el doctor Salvador Vega y León, rector general de esta Institución, reconoció la destacada labor de la creadora y señaló que esta exposición representa cinco décadas de pintar lúcidos paraísos.

“Las obras dan cuenta de un recorrido vital y de búsqueda estética, ya que también celebramos el cumpleaños de la fructífera artista y mujer que es Chapa, pues su arte se refiere nítidamente a una tradición de largo aliento” y ofrece una visión femenina y trasparente del mundo, por lo que es un orgullo contar con esta muestra, que refrenda la vocación de esta casa de estudios como espacio para promover la cultura.

La autora “ha construido minuciosamente su labor sin violentar nada, sólo exponiendo su visión gráfica sobre el mundo y las cosas que le importan (…) al exportar a la realidad fragmentos de esperanza. Muchas gracias querida maestra por dejarnos acompañarla, sea hoy y siempre bienvenida a esta Casa abierta al tiempo”, concluyó.

La artista, visiblemente conmovida, agradeció a la universidad por apoyar decisivamente la educación y la cultura y abrir este espacio a sus obras. Además, reconoció la guía de su primera maestra María O’Higgins, quien se encontraba presente y el apoyo de su madre, recientemente fallecida, a quien dedicó la exposición.

“Trazos de corazón es la recapitulación de mi obra, producto de la decisión inquebrantable de querer transmitir no sólo puntos de vista acerca de mis más íntimos valores, sino del mundo en su conjunto, un intento de descifrarme y encauzar una serie de inquietudes existenciales”, agregó.

“Gracias a todos los que me acompañan y han creído en mí, mil y un veces gracias por darle fuerza a mi ser, sentido a mi trabajo creativo, certeza a mis quimeras y por su calidez, que ha sido aliento para seguir comprometida, sin pausa, en busca de mi destino humano, artístico y social”.

La maestra Magdalena Zavala Bonachea, coordinadora nacional de Artes Plásticas del Instituto Nacional de Bellas Artes, destacó su quehacer en un medio, donde hay que ser estoico y trabajar día a día por los ideales.

Cinco décadas “representan el trabajo de una mujer que se fijó una meta hace muchísimos años por sobresalir y generó un propio lugar en el ámbito artístico de nuestro país”.

La exposición, realizada como un homenaje a la prolífica trayectoria de la artista en su septuagésimo cumpleaños, discurre sobre los trazos de una mujer que ha dedicado sus esfuerzos y vida a la poética de la imagen, denotando el dominio técnico, la solvencia creativa y la expresividad en su obra.

Esta retrospectiva transmite el más puro aliento de lo que nos rodea, por dar sentido a lo cotidiano, motivos que logra trasladar al lienzo de manera portentosa para que el espectador se sumerja en el vuelo de un colibrí, la forma de una fruta o un paisaje asombroso.

Los asistentes disfrutarán de siete óleos sobre tela, 11 sobre lámina y siete esculturas forjadas en fierro, entre las piezas destacan: Rapsodia sideral, Equilibrio alado, Cumbre de eternidad, Apegos, Vitral de metal, Atardecer de vida y La hora milagrosa, en las que la artista plasma los paisajes cotidianos del amor, con atmósferas, colores y texturas disímiles.

La poma, soplo de inspiración que durante mucho tiempo ha sido su nicho creativo, se presenta de formas múltiples, renovadas vistas que se hacen presentes en el lienzo, a veces de forma enérgica y otras de manera sutil.

Además están incluidas algunas obras que dan cuenta de su trabajo como creadora de figuras, como Marzangela, Duo de luz y Serenaica, esculturas que dejan ver otra de sus facetas creativas.

La pintora de manzanas anda por caminos inusitados con un dominio expresivo que comulga con su sensibilidad, capaz de capturar el movimiento alígero de las aves o la perenne vida de una montaña.

A decir de Agustín Monsreal, las pinturas y esculturas de Chapa son poseedoras de los dones más sensibles del arte, que sublima un aspecto desconocido de la íntima realidad humana y ennoblece este arte, para plasmar las verdades de su corazón.

Su trazo, dice, atiende con el mismo rigor la luminosidad que el extravío, lo palpable que lo inasible, la intuición que el gozo, la sinrazón y la cordura, para convertirlo en permanente certidumbre, en belleza y geometría amorosa.

La artista, originaria de Monterrey, Nuevo León, compartió el destino de creadores como Rodolfo Nieto, José Zúñiga, Fanny Rabel, por mencionar algunos de los muchos artistas mexicanos que crecieron en las célebres aulas de la Escuela Nacional de Pintura y Escultura La Esmeralda.

Su obra causó furor entre los grandes pintores durante los años setenta del siglo pasado y le valió el reconocimiento de David Alfaro Siqueiros, José Luis Cuevas, Rufino Tamayo, entre otros, quienes le escribieron cartas personales para mostrar su entusiasmo por el trabajo que despuntaba y para alentarla a continuar con sus empeños hasta lograr la madurez artística.

En su haber se encuentran 300 exposiciones individuales y casi 2000 colectivas, que dan cuenta de la impronta de su labor y avalan la permanencia de un arte que ampara y da vida a los pequeños objetos cotidianos, a través de lienzos y esculturas con vida propia.

Trazos de corazón: 70 años de vida y 50 de pintar paraísos. Martha Chapa permanecerá abierta hasta el 16 de septiembre de 2017 en la Galería Manuel Felguérez de la Rectoría General de la UAM, ubicada en Prolongación Canal de Miramontes 3855, col. Ex Hacienda de San Juan de Dios, Ciudad de México.

Como parte del homenaje a la creadora, la Coordinación General de Difusión de la UAM llevará a cabo una Charla en torno a la obra de Martha Chapa, el jueves 8 de junio a las 13:00 horas, en el Auditorio Arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, de la Rectoría General de la Casa abierta al tiempo.

En la inauguración también estuvieron presentes los maestros Norberto Manjarrez Álvarez, secretario general de la UAM; Lucino Gutiérrez Herrera, coordinador general de Difusión de la UAM; el doctor Francisco Javier Rodríguez Garza, director de Artes Visuales y Escénicas de la UAM; Alejandro Ordorica Saavedra, escritor y compañero de vida de la artista; la licenciada Adriana Uribe Jiménez, jefa del Departamento de Artes Visuales, así como los licenciados José Luis López Vargas y Óscar Cantón Zetina, representantes de los gobiernos de Yucatán y Tabasco en la Ciudad de México, respectivamente.