A punto de cumplir 52 años de trayectoria, la Compañía Nacional de Danza (CND) está orgullosa con sus logros, consciente de que aún hay mucho por hacer en comparación con países donde el ballet es toda una tradición.

Así lo expresó su directora Laura Morelos, quien mira una compañía sólida, con una infraestructura y un público que se ha formado gracias a toda una comunidad de artistas, coreógrafos y demás personal, que han hecho de ésta una institución de prestigio.

“Más de medio siglo de trayectoria artística la respalda, periodo en el que ha enriquecido el quehacer artístico nacional con propuestas clásicas e innovadoras, y espectáculos que se han vuelto toda una tradición en nuestro país”, consideró.

En declaraciones al Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), Morelos recordó que los orígenes de la agrupación se remontan a 1963, cuando se creó el Ballet Clásico de México, a iniciativa de Celestino Gorostiza, entonces titular del INBA, al fusionar dos grupos independientes: el Ballet Concierto, dirigido por Felipe Segura, y el de Cámara, a cargo de Nellie Happee y Tulio de la Rosa.

Con esta aleación de géneros clásico, neoclásico y contemporáneo nació una agrupación estable de ballet en México que ha rescatado el repertorio de la época de oro de la danza mexicana e impulsado el trabajo de obras clásicas y neoclásicas, además de apoyar la labor de bailarines, maestros mexicanos, coreógrafos y diversos creativos alrededor de la disciplina.

Con la primera función que ofreció el Ballet Clásico de México se dio reconocimiento oficial a la danza clásica que se hacía con tanto esfuerzo en el país y fue todo un acontecimiento en la vida artística y cultural nacional. En ese entonces, la agrupación estaba integrada por 20 bailarinas, 11 bailarines, tres maestros y un director.

“Ahora somos una agrupación con 68 ejecutantes y nos enfocamos mucho a elevar y mantener el nivel técnico. Al ser parte del INBA tenemos la posibilidad de contar con las instalaciones y salones adecuados para los bailarines de danza clásica, neoclásica y contemporánea”, destacó la ex bailarina.

Recordó que durante su primera década de existencia, prestigiadas personalidades de México y el extranjero estuvieron al frente de la Compañía y consolidaron la técnica clásica, además de integrar y ampliar el repertorio con obras internacionales y nuevas creaciones de coreógrafos nacionales.

Para 1974 se establecieron las bases necesarias para conformar una gran compañía, lo que generó el cambio de nombre a Compañía Nacional de Danza, que se instituyó por decreto presidencial el 2 de septiembre de 1977.

Esta acción fue ideada y desarrollada por el entonces director de la agrupación, Salvador Vázquez Araujo, quien propuso la asesoría cubana y la fundación del Sistema Nacional para la Enseñanza Profesional de la Danza para formar bailarines con toda la base académica.

Hoy, con una trayectoria de más de 50 años, la agrupación apuesta por la expresión del ballet clásico y por las visiones contemporáneas, con lo cual, además de preservar y difundir obras del repertorio clásico tradicional que son patrimonio de la humanidad, promueve la contemporaneidad artística.

Actualmente, la Compañía cuenta con un repertorio integrado por 131 obras que van de lo clásico a lo tradicional hasta piezas neoclásicas y contemporáneas.

“Hemos tenido a muchos coreógrafos nacionales e internacionales, pertenecientes a la Compañía e invitados, como George Balanchine, John Cranko, Nellie Happee, Óscar Ruvalcaba, José Luis González, Tania Pérez-Salas, James Kelly y Gloria Contreras, entre otros.

En la mayoría de los casos manejan el repertorio clásico como “El lago de los cisnes”, que cumplirá su 40 aniversario, y “El cascanueces”, con el que en 2015 festejará 15 años de presentarse en el Auditorio Nacional.

La Compañía, abundó Morelos, se esfuerza cada día por llevar lo mejor de su repertorio a diversos públicos y al mayor número de entidades del país.

“En estos tres años que he estado al frente he procurado dirigirme mucho a los niños, e incluso hemos presentado versiones para ellos. Hemos buscado plazas y parques donde hemos trabajado para niños en situaciones vulnerables.

“Recientemente en la Ciudadela tuvimos funciones llenas con personas de la tercera edad, y nos acercamos a ciertos foros para que la gente pueda acudir con precios accesibles, como los teatros Legaria y Xola-Julio Prieto.

También recordó, han podido ir a Coahuila, Quintana Roo, Yucatán, Hidalgo, Puebla, Tamaulipas y Baja California, en ocasiones con producciones grandes y en otras con galas de ballet. Estamos abriendo las puertas a muchas posibilidades.

Durante dos años hemos ido al Festival Internacional de Ballet de Miami, donde invitan a bailarines de muchas compañías. Hemos estado presentes también en el Festival Internacional de Danza de Vail, Colorado, donde tuvimos el honor de ofrecer un programa clásico y contemporáneo y de recibir críticas muy positivas.

“A finales de octubre la Compañía fue invitada a brindar una función en el Festival Internacional de Danza de Córdoba, Veracruz, y gustó tanto su presentación entre bailarines y estrellas extranjeras que me pidieron que participáramos al día siguiente aunque ya no estuviéramos programados.

Por supuesto, hay mucho por hacer en comparación con otros países donde el ballet es una tradición. Siempre he sido muy perfeccionista y creo que podemos hacer las cosas mejor y buscar las maneras adecuadas para motivar a los bailarines y al público para que se acerquen a nosotros, concluyó.

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