Por: Redacción/

Una selección de los mejores carteles del mundo realizados durante 2018 es reunida por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) en un libro que integra el talento de diseñadores gráficos e ilustradores, cuyo trabajo gira en torno a los derechos humanos, el cambio climático y la cultura popular mexicana para celebrar la Décimo Quinta Bienal Internacional del Cartel en México.

Las páginas de esta publicación –coeditada por el Museo Arocena de Coahuila, la UAM y la Bienal Internacional del Cartel– demuestran que los campos más desarrollados y vanguardistas de la comunicación son la ilustración y el diseño visual.

En la categoría de Mejor cartel se encuentran Frankenstein con rímel, aretes y pintalabios rosa bajo un filtro violeta que anuncia una conferencia entre editoras y escritoras, y otro en el que se observa una boca en gloss satinado probando una paleta en forma de ojo humano que invita a la 21 Muestra de Cine de Málaga.

En la categoría de Derechos humanos destaca un cuadro renacentista en el que una mujer con mirada perdida, expresión de dolor y ojos amoratados aparece bajo la leyenda Stop violence against women; otro más exhibe una paloma invertida en forma de pistola, o bien un fotógrafo cuyo rostro se desvanece en el humo con la frase Not forgotten-missing.

La sección Un planeta sin contaminación muestra a un joven con la cabeza cubierta con una bolsa de plástico en la que se lee Plastic kills; en otro, la silueta de Donald Trump en color negro simula un iceberg con un pingüino triste en la cima, mientras que un cartel presenta secuencia de popotes en forma de pescado partido por la mitad.

La Bienal del Cartel ha sido uno de los mayores referentes a nivel mundial de la cultura del diseño desde 1994, por lo que en las 15 ediciones precedentes ha logrado una validez y vinculación con creadores de más de 80 países y cerca de 4,500 obras.

Dicho escaparate de logros gráficos y punto de encuentro para autores emergentes y consolidados comparte la misión de fortalecer la experiencia creativa, comunicar el arte y socializar temas contemporáneos, aspirando a influir de manera positiva en el entorno.

Este proyecto ha sido apoyado y albergado por la UAM, honrando la complicidad del proceso evolutivo hasta convertirse en un referente necesario en el campo del diseño al trascender su función estética para comprobar su capacidad detonadora de reflexión y crítica social, tan necesarias para la construcción de una ciudadanía más saludable.

Una sección del libro está dedicada al trazo ecuménico de Ernesto García Cabral, El chango, el caricaturista más virtuoso de una época de artistas excepcionales que a lo largo de seis décadas dominó todas las técnicas del dibujo y experimentó con estilos distintos, al ir del trazo académico a la experimentación abstracta, pero sin perder jamás su sello personal.

El gran mérito de García Cabral es sacar la expresión de lo bello del mundo y traducirlo en líneas y colores con sátira política, en un trabajo caracterizado por extraer de la realidad su forma poética, el lenguaje abstracto y la posibilidad de generar sentimientos sublimes y reflejarlos en un cartel.

El huatusqueño enseñó al mundo las cosas más solemnes de México del siglo XX y a través de líneas simples y combinaciones coloridas perfectamente trazadas llevaba al país en el tuétano y en cada centímetro de su columna vertebral, y levantaba la mirada ante la violencia y las ciudades devastadas, logrando que su tan particular sello se hiciera un legado para el mundo.

Los más de 50 carteles dedicados a El chango demuestran la admiración del gremio por Cabral, quien hizo énfasis especial en figuras como El sátiro viejo y La Nena Deco, en el tango, en la fuerza de la mirada y en la política, al enseñar al orbe sus diferentes expresiones y desnudar su fuerza hacia los ojos humanos, señala Greta Thunberg en las páginas que homenajean al mexicano.