Por: Vicente Flores Hernández

La ganadora del Premio Nobel de Literatura 2015, Svetlana Alexievich, es la décima cuarta mujer en ser reconocida con esta distinción que se entregó por primera vez en 1901. Philippe Ollé-Laprune en entrevista para la Academia Mexicana de Ciencias dijo que “antes de acercarse a la literatura de la bielorrusa, se tiene que saber que se va a vivir un momento duro y hay que estar preparado para ello, porque lo que ofrece es la verdad”.

Cuando se dio la noticia del premio Nobel, la Academia Sueca mencionó: “es un monumento al coraje y al sufrimiento en nuestro tiempo” quizá sea por el encuadre de la realidad que ofrece a través de su obra como fue el drama de vivir en la antigua URSS, los sufrimientos de Chernobyl, la guerra de Afganistán y los conflictos del presente, así como de su dura y constante crítica a Vladimir Putin, pero sobre todo, al régimen del presidente bielorruso Alexandr Lukashenko.

La obra de Svetlana tiene un importante sustento de realidad, a la que se le identifica como novela no ficción, pues hace una fusión de literatura y periodismo, profesión que estudió y de la que toma una herramienta, la entrevista de tipo testimonial, para obtener de primera mano datos, descripciones y vivencias de sus entrevistados.

Laprune añade: “Para cada libro Svetlana utiliza alrededor de 500 entrevistas, da una cantidad de tiempo infinita a juntar y pegar esos testimonios, organizarlos, darles ritmo y un sentido en busca de un hilo conductor para que encaje bien todo. Es un trabajo muy distinto al periodismo, pues sabemos que los periodistas trabajan en la urgencia, están siempre con la presión: la inmediatez; ella prefiere darse tiempo y distancia, y es así como construye sus libros”.

Svetlana Alexievich ha dedicado su vida a hacer una obra muy particular, que podría parecer a la obra de un o una periodista cuando la verdad sólo utiliza uno de los elementos del método de trabajo y a partir de ella construye un texto de manera muy personal, muy equilibrado, discreto, y sus temas los trata de manera muy seria, agregó.

Extranjera: Alexievich abandonó Bielorrusia en el 2000, desde entonces ha vivido en París, Gotenburgo, aunque, actualmente comparte Berlín y Minsk ha editado cinco libros hasta el momento, Voces de Chernobil de 1997, es probablemente uno de los más reconocidos de nuestro lado, es de hecho, el único editado al español hoy en día. Es un libro duro, las descripciones se hacen profundas en cuanto la muerte de los personajes, la violencia ejercida a estos se expresa con palabras hasta agotar el hecho, hasta que no queda más que decir.

A pesar de que trata temas fuertes, no lo hace desde la moral, como lo tiene el mundo al que ella le tocó vivir; su Unión Soviética. Es alguien que es capaz de empaparse tanto de actos reales, de preguntas, preocupaciones. Ha contado que es una mujer que nació en la Unión Soviética, que vivió como muchos rusos historias terribles, su último libro.

La mayor virtud la obra de Svetlana Alexievich es que tiene la capacidad de traer al mundo a los muertos, revivirlos a través de cada frase que pone en las páginas de sus libros. Funciona como testimonial de aquello que ha sido suceso.

Los libros de Svetlana Alexievich son La guerra no tiene rostro femenino (1983), Los chicos de cinc (1989),Cautivados por la muerte (1993), Voces de Chernobil(1997), El tiempo de la segunda mano: el fin del hombre rojo (2014). Se prevé que entre noviembre y diciembre el grupo editorial Penguin Random-House ponga a la venta el segundo libro traducido al español de la autora bielorrusa La guerra no tiene rostro de mujer, una obra construida con base a entrevistas a mujeres rusas que participaron en la II Guerra Mundial.