Por: Redacción

Mientras en el mundo entero la prensa escrita se encuentra amenazada por los medios digitales, en Francia los periódicos, revistas y prensa recreativos, dedicados a promover la lectura en niños, gozan hoy de gran éxito. Esto al grado de contar con alrededor de 300 publicaciones dirigidas a niños, adolescentes y jóvenes con edades desde 1 hasta los 20 años, con tirajes que suman decenas de miles de ejemplares, aseguró el ilustrador, editor y periodista francés Paul Martin, especialista en literatura infantil.

“Sabemos hoy que los medios de comunicación para adultos están en crisis, sin embargo el sector para niños ha crecido incluso en los últimos años. Hoy contamos con un sistema de suscripción sólido, que responde a toda una tradición de padres anclados a publicaciones con las que se crea un vínculo muy fuerte, con el cual continúan suscribiendo a sus hijos, e incluso muchos los siguen leyendo”, sostuvo Martin.

“Contrario a la prensa de los adultos, nosotros no dependemos de lo inmediato del Internet. Usamos la tecnología para hacer una prolongación de la revista impresa, que sigue siendo la fundamental”, dijo Paul Martin durante la charla “Jóvenes de 7 a 77 años. Periódicos, revistas y prensa en general que favorecen el gusto por la lectura en los niños franceses”, que ofreció en la Casa de Francia, en el marco del programa FILIJ a la vista. De esta forma la Dirección General de Publicaciones (DGP) de la Secretaría de Cultura, busca atraer más públicos y lectores a las cientos de actividades que ofrece la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil, cada año, durante el mes de noviembre.

El autor recordó que la “situación única en el mundo” que viven las publicaciones de este tipo en su país, producto de otro tipo de “ambición y visión”, es producto de una larga historia que inició en 1798 con la primera revista para niños “El periódico de la educación” a la que siguieron algunas publicaciones para jóvenes. Al hacer un recuento de los altibajos surgidos a lo largo de casi dos siglos, a partir de sucesos tan importantes como la Revolución francesa, y la segunda Guerra Mundial, sostuvo que después de 1968 hubo un cambio radical en la manera de trabajar en la prensa.

Revistas como Okapi y Astrapi, entre muchas otras comenzaron a proponer cosas distintas, actuales, a los niños y jóvenes: hablar por ejemplo de situaciones políticas, esclavitud, migración, cárceles, a los más grandes, mientras a los más pequeños no sólo se les ofrecía lecturas, sino juegos y textos didácticos, formas visuales variadas como una forma de mostrar el aspecto artístico como algo importante para los niños, “y buscar que tengan una ambición literaria”, y combatir lo cotidiano.

“Ofrecemos a cada niño una propuesta, un periódico de acuerdo con sus gustos, su personalidad, su edad. Proponemos lecturas, publicaciones de encadenamiento para captarlos desde bebés, irlos acompañando en cada etapa, y lograr que sigan leyendo”.

Paul Martin aceptó que las nuevas generaciones de franceses, como las de todo el mundo, se sienten atraídas por las nuevas tecnologías, como los móviles o las pantallas, pero afirmó que los niveles de lectura siguen siendo muy importantes. “En la adolescencia comenzamos a perder algunos lectores, de 10 a12 años quizá, pero seguimos teniendo un público muy vasto”, concluyó.