Seguimos con las “entrevistas” a los monumentos en el Distrito Federal

Por: Melissa Rodríguez Cruz

Cuando pensamos en el pasado se nos antoja como algo intangible, lejano y con conexiones confusas, sin embargo en las calles nos encontramos vestigios que no cambian y están firmes como desde el primer día cumpliendo el único propósito de evocar al pasado de la forma más precisa que pueden. Así es como el monumento a Cuauhtémoc fue erigido en honor al último gobernante de Tenochtitlan y a la caída de esta.

Mide  más de cuatro metros y pesa cuatro toneladas, lleva dándole la bienvenida a los transeúntes desde el 21 de Agosto de 1887, manteniendo un brazo dirigido hacía sus flechas y la cabeza orgullosa portando un penacho observando desafiante hacia el oriente.

–¿Cómo fue tu creación?
–La iniciativa corrió a cargo del ministro de fomento del régimen porfirista, Vicente Riva Palacio, quien quería honrar al último gobernante mexica. Hizo una convocatoria en 1877 para que arquitectos como Emilio Dondé, Manuel Gasgollo y Parra, Ramón Rodríguez dieron su fallo en los proyectos que se tenían los cuales habían salido de propuestas en un concurso público.

–¿Qué vieron ellos en la idea de Francisco M. Jiménez que lo convirtió en el ganador?
–Recurrió de forma fiel a la arquitectura prehispánica, se basó en las construcciones de Uxamal, Mitla y Palenque, esa visión hacia mis propias raíces lo hizo el ganador.
Jiménez falleció dos días después de saberse ganador del fallo

–¿Cómo lograste salir a delante ante la muerte de tu creador?
–Fui dejado en manos de Ramón Agea, quien había tenido participación en la construcción del Palacio Nacional y se apoyaron en Miguel Noreña para las esculturas. Ellos se encargaron de conseguir que todo se concluyera.

–Ante esta muerte desafortunada de la persona que te visualizó en un principio ¿Qué elementos aporto tu escultor Miguel Noroña en ti?
–En mi composición hay dos bajosrrelieves, las caras norte y sur representan “La entrevista de Cuauhtémoc prisionero con Cortes” que es de Noroña. Es sin duda algo muy importante, porque con su participación siento que se llaga a una aportación que completa lo que soy ahora.

–Eres toda una dedicatoria no solamente a Cuauhtémoc sino a las armas que utilizaba el ejército mexica, su escudo y los otros guerreros que acompañaron a Cuauhtémoc…
–Así es, los cuatro nombres que están en mi pedestal corresponden a Cuitláhuac, Cacama, Tetlepanquetzal y Coanachoc que a su vez representan el oriente, norte, poniente y sur.

–Generan confusión los nombres y  como primera impresión se  puede considerar que en realidad es el monumento a Cuitláhuac.
–Me parece que esta confusión en realidad se debe  en parte a la poca accesibilidad en la que me encuentro como monumento. Se necesita observar para conocer y me encuentro en un sitio donde todos pasan demasiado rápido. En el cruce de Reforma e Insurgentes.

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