Por: MUGS / Redacción

La obra de fray Bernardino de Sahagún, integrada por el Códice Matritense y el Códice Florentino, quedó formalmente inscrita en el Registro Internacional del Programa Memoria del Mundo de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

La directora general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Teresa Franco, destacó que ahora México tiene registradas 12 obras ante ese organismo internacional, por lo cual es el país con más patrimonio documental reconocido en América Latina y el sexto lugar en el mundo.

En ceremonia realizada en el Museo Nacional de Antropología, celebró este nuevo reconocimiento por parte de la UNESCO que, dijo, es un estímulo de gran relevancia para continuar con la preservación, salvaguarda y un mayor conocimiento de los documentos más antiguos, elaborados por lo que se podría denominar primeros mexicanos que dan cuenta de la hondura de nuestra historia.

Ante la representante de la UNESCO en México, Nuria Sanz, la directora del INAH señaló la trascendente labor de fray Bernardino de Sahagún (1499-1590) para el saber antiguo de las sociedades indígenas que, con el registro como Memoria del Mundo, estará en las mejores condiciones posibles de conservación y seguridad, a disposición de los pueblos.

Por su parte, Miguel León-Portilla, miembro de El Colegio Nacional e Investigador Emérito de la UNAM, recordó que fray Bernardino de Sahagún dedicó casi 60 años de su vida a conocer e investigar a los pueblos indígenas, pues aprendió náhuatl y se interesó tanto por esta cultura que incluso el fraile franciscano llegó a “nahuatlizarse”.

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Indicó que De Sahagún es el iniciador de la antropología en el Nuevo Mundo, donde creó el método de conocer al otro. Fue un sabio extraordinario que recopiló testimonios de la antigua palabra y ahora es considerado el padre de la literatura náhuatl.

“Nos dejó una herencia riquísima, ¡alegrémonos!” y es que, aseguró, su obra es de interés mundial, porque “revela una cultura que floreció en aislamiento y para un europeo o para un chino es interesante ver como una alta cultura, que tuvo ciudades, que tuvo escritura y tuvo paradójicamente sacrificios humanos, no lo niego, pero también lo tuvieron los romanos, los egipcios y muchos pueblos, entonces este pueblo admirable, este pueblo notable, nos dejó todo eso y se hubiese perdido si no se hubiese rescatado. La memoria del mundo se ha enriquecido”.

La obra de fray Bernardino de Sahagún constituye una de las fuentes históricas más reconocidas del México antiguo, fundamental para el conocimiento de la historia de la cultura náhuatl, pues se trata de uno de los trabajos etnográficos e históricos más completos sobre el pasado prehispánico.

Su obra contiene el Códice Matritense, documento que es producto de la investigación etnográfica en la Nueva España de mediados del siglo XVI y el Códice Florentino, un manuscrito en dos columnas con textos en náhuatl y español.

La candidatura para que estas obras quedaran inscritas en el Programa Memoria del Mundo fue impulsada por el gobierno de México y respaldada por los repositorios europeos donde se encuentran ambos documentos: la Real Biblioteca de Madrid y la Real Academia de la Historia, en España, y en la Biblioteca Medicea Laurenciana en Florencia, Italia.

En la reunión del Comité Consultivo Internacional de Memoria del Mundo, realizada del 4 al 6 de octubre en Abu Dhabi, Emiratos Árabes Unidos, se aprobó el registro de estos códices por tratarse de un tesoro lingüístico, su carácter antropológico, ser un método de investigación de la cultura náhuatl, dar referencia de las épocas prehispánica y colonial, y permitir el conocimiento del México antiguo.

Finalmente, Benito Mirón López, director general de Relaciones Internacionales de la Secretaría de Educación Pública, destacó que la preservación, conservación y difusión del patrimonio documental reviste particular interés, ya que es fundamental para la supervivencia y el desarrollo de la humanidad.

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“El programa Memoria del Mundo de la UNESCO ha procurado preservar el patrimonio documental de valor universal para la humanidad”, lo cual, dijo, es “un poco similar a lo que hizo fray Bernardino de Sahagún, quien más allá de realizar la tarea encomendada se dio cuenta del valor histórico que le supondrían los conocimientos de aquellos indígenas con quienes compartió la lengua, sus experiencias y que decidió rescatarlas para que algún día nos sirvieran”.

Es gracias al esfuerzo plasmado en el trabajo de este fraile que, apuntó, “hoy tenemos una visión de la cultura náhuatl, debemos reconocer que sin él la medicina, la lengua y otros tantos conocimientos del México prehispánico hubiesen sido condenados irremediablemente al olvido”.

Cabe señalar que Memoria del Mundo es un programa de la UNESCO creado en 1992, destinado a salvaguardar el patrimonio documental, como libros, archivos y materiales audiovisuales de valor universal para la humanidad.

El Registro Memoria del Mundo incluye 348 documentos procedentes de todos los continentes y en diversos materiales, como piedra, celuloide, pergamino y grabaciones sonoras, y ahora contempla los dos códices de fray Bernardino de Sahagún.