Por: Redacción/

La artista visual Katya Gardea y la coreógrafa y bailarina de danza contemporánea Maribel Michel, se han unido en un proyecto experimental multidisciplinario multimedia que lanza un llamado a la conservación del espacio urbano natural de la Ciudad de México, en particular Xochimilco.

El agua es el centro del concepto y el cuerpo en relación con el espacio urbano, la contaminación y la depredación de las áreas verdes por las edificaciones irregulares, la basura, los plásticos, la subsistencia del ajolote y un mundo que se consume.

Ritmos de un mundo viviente, presentado en la Sala CCB del Centro Cultural del Bosque es una obra que emociona e incómoda por ver un mundo que paulatinamente se desvanece.

La proyección del agua de manera permanente ya sea en primer plano o desvaneciéndose, conjugada con otras tomas en la que se expresa la vida, el deseo de nacer de las especies endémicas y de sobrevivir junto con las aves y la vegetación, o el mundo de concreto que se asoma muestran un mundo que arruinan el futuro, amenazando nuestros cuerpos.

El trabajo artístico en un collage en tres movimientos independientes:

-Introducción: Berlín Water Light 2009; Secuencia 1: Ritmos Axolotl (Xochimilco); Secuencia 2: Naturaleza y Agua (Vortex-Anima) y Secuencia 3: Paisaje urbano y periferia- mostrando tres frases de nuestro entorno y medio ambiente en relación al cuerpo humano, es excelente.

La introducción fueron ajolotes en gestación, luchando por existir en un mundo hostil y destellos de luz que se desfiguran en señal de esperanza. Las proyecciones son el agua como vida para ser el marco que luce, y al mismo tiempo, la escenografía para presentar a los bailarines envueltos en plástico, como si estuvieron en una placenta, luchando por nacer.

Después la danza expone el ritmo natural de crecer, de ver el mundo bello en peligro, las aves con su canto y vuelo, el mundo en crisis para reflexionar, y al final, el cuerpo violentado para sobrevivir, confrontado a todo y contra todos, en una batalla sin fin.

Katya Gardea y Maribel Michel experimentan con elementos corpóreos visuales y sensoriales en una obra multidisciplinaria estructurada a manera de cadáver exquisito (exquisit corpse), un collage sensorial contemporáneo.

Este espectáculo de escasamente una hora forma parte de una serie de imágenes y movimientos, en un ejercicios de abstracción sobre los contrates y cambios drásticos actuales de la forma en que nos conectamos, relacionamos e interactuamos con los mundos que nos rodean.

Esta obra utiliza los canales de Xochimilco como ejemplo del deterioro de un ecosistema, por su importancia como pulmón vital de la gran urbe de la Ciudad de México.

Con filmaciones análogas y digitales y performance, muestra la apropiación de la naturaleza en el espacio urbano, el cuerpo líquido y su sobrevivencia a la naturaleza y conectividad.

La pieza muestra que exponer la fragilidad de distintos ecosistemas llevará al espectador a estados emocionales, de reflexión y sensibilización fuera de su cotidianidad.

El trabajo colaborativo fue una dirección visual: Katya Gardea Browne, KGBStudio; dirección escenográfica: Maribel Michel, Compañía Momentos Corpóreos; bailarines: Maribel Michel, Miguel Antonio Hernández y Laura Trejo; diseño de iluminación: Gloria Minauro y Alejandro Fossy Muñoz; realización de vestuario: Federico Sánchez; música electrónica experimental (varios autores).

Katya comentó que “el contexto es la Ciudad de México con Xochimilco, de cómo los vivimos. Tiene los elementos de tierra, fuego y agua, urbe y concluye con aspecto político.

“Es una obra multidisciplinaria y performance. Se invitó a la coreógrafa Maribel Michel y su compañía de danza para que la danza se involucre en el espacio físico entre todo el caos de la urbe que habitamos y abordamos con los ritmos corpóreos y la naturaleza ofreciendo una observación ecológica, sobre la degradación del medio ambiente y el cambio climático, donde es necesario proteger la vida porque de ellos vivimos, en el especial del agua”.

Añadió que Ritmos de un mundo viviente “es el mundo viviente en sí, el que habitamos, la naturaleza con el vínculo del cuerpo y como nos enfrentamos a la realidad del día a día, la conectividad, donde Xochimilco, un espacio de área ancestral, padece severos problemas de contaminación que debe ser remediados”.