Por: Redacción

Los temas del cine suizo, que predominan desde los años sesenta y setenta, no han dejado de ser la angustia sobre la incomunicación, la marginación y las injusticias entre clases sociales, afirmó Annemarie Meier durante la charla Mirada retrospectiva sobre temas, identidades, autores y estilos de cine suizo, que se llevó a cabo en la Sala 8, Ismael Rodríguez.

La conferencia de la investigadora y cofundadora del Festival Internacional de Cine en Guadalajara, coordinada por Swiss Films, la Embajada de Suiza en México y la Cineteca Nacional, en el marco del ciclo Joyas del cine suizo, fue un repaso de la evolución de la industria cinematográfica en el país alpino, así como de los exponentes más destacados de su cine de autor.

El recuento histórico de Meier, además de mencionar las primeras etapas de la industria, como las ficciones enfocadas al paisaje alpino y los documentales de Leopold Lindtberg durante la Segunda Guerra Mundial, resaltó la era de los sesenta y setenta conocida como el Nuevo Cine Suizo.

Conformada por directores, como Alain Tanner, Claude Goretta y Daniel Schmid, esta etapa se caracterizó por contar con un cine “de corte más autoral, más reflexivo”, fuertemente influenciado por Jean-Luc Godard y las películas de la Nouvelle vague. Cintas como Jonás, que cumplirá los 25 años en el año 2000 (Jonas qui aura 25 ans en l’an 2000, 1976) y Los hacedores de suizos (Die schweizermacher,Rolf Lyssy, 1978) pusieron a Suiza en el mapa del cine internacional.

Un fenómeno muy común entre los cineastas de la época fue dejar el país para realizar su obra en otras latitudes. De acuerdo con la investigadora, no sólo se trata de una consecuencia del aislamiento que representa Suiza en Europa, sino que es una manera de entablar un diálogo con otras culturas y crear conciencia de problemas internacionales en su tierra natal.

Otro de los logros del Nuevo Cine Suizo fue lograr un mayor apoyo económico por parte del Estado y de la televisión nacional. “Se empezó, desde la federación, a subsidiar fuertemente, primero la producción a través de proyectos. Luego se hizo una Ley de Fomento al Cine en los sesenta”, comentó.

A partir de entonces las instituciones responsables también apoyaron la posproducción, difusión y exhibición. La crítica de cine destacó la labor de la fundación Pro Helvetia, dedicada a la unificación y educación cultural en su país y posteriormente la de Swiss Films, “que es muy parecido al Imcine en México, pero más enfocado a la distribución y exhibición”.

La exposición de Annemarie Meier fue ejemplificada con fragmentos de Fuego en las alturas(Höhenfeuer, Fredi M. Murer, 1985), El viaje de la esperanza (Reise der hoffnung, Xavier Koller, 1990),En la ciudad blanca (Dans la ville blanche, Alain Tanner, 1983) y con el trailer promocional de La señorita (Das fräulein, Andrea Staka, 2006).

La charla Mirada retrospectiva sobre temas, identidades, autores y estilos de cine suizo, se realizó como parte del ciclo Joyas del cine suizo que presenta 13 de los largometrajes más representativos de la historia cinematográfica de Suiza, continuará hasta el 22 de diciembre en la Sala 8 de la Cineteca Nacional.