Por: Redacción/

Desde el pasado viernes 22 de septiembre y hasta el próximo 1 de octubre, el Museo Nacional de Culturas Populares funge como centro de acopio de libros para niños y jóvenes. Con la donación de materiales por parte de la sociedad civil, editoriales, instituciones públicas, asociaciones civiles y empresas se ha creado un Dispensario de Libros.

La iniciativa de la Dirección General de Publicaciones se encuentra en una primera fase, explica su titular Marina Núnez Bespalova integrada por un control de distribución, acopio y establecimiento del dispensario.

Indicó que el proyecto surgió luego del sismo del martes 19 de septiembre. “Aprovechando que el Museo Nacional de Culturas Populares funge como centro de acopio de víveres, se comenzó un acopio de libros infantiles y juveniles que servirían para un trabajo posterior que tendrían que hacer profesionales relacionados con el fomento a la lectura y la promoción lectora”.

Explicó que pensando en las etapas posteriores que vienen luego de una crisis, se tenía que pensar en una especie de bancos de libros que estuviera a disposición de todos aquellos que fueran a trabajar en comunidades infantiles, pues en determinado momento iba a ser complicado hacerse de fondos.

Marina Núñez recordó que la convocatoria a la sociedad civil en general fue que se donaran libros en buen estado, que ya no formaran parte activa de su entorno a personas que comenzarán a construir una nueva vida.

“El llamado lo captó muy bien la ciudadanía. Comenzaron a llegar los libros, y el fin de semana del 23 y 24 de septiembre llegó una cantidad considerable de libros. La gente llegó con sus propios hijos adolescentes y niños, que quisieron dar de forma espontánea y natural varios de sus libros”, apuntó la funcionaria.

También expuso en entrevista que los libros son clasificados por sociedades lectoras, plastificados y empaquetados en cajas, los cuales están a disposición de todo aquel profesional de la lectura que necesite de los materiales para trabajar en las comunidades afectadas de la Ciudad de México, Chiapas, Oaxaca, Morelos, Puebla, y una parte de Guerrero.

Agregó que esta idea del dispensario no habría sido posible sin el apoyo de otras instancias con las que se hizo una especie de red de acopio: la Casa Morgana, que cierra su centro de acopio hoy el viernes 29 de septiembre, y la Biblioteca IBBY, ubicada en Goya 54, Mixcoac, que abrió esta semana, con fecha de cierre indefinido.

“Casa Morgana (localizada en Milán 36, colonia Juárez) logró juntar una gran cantidad de libros, también casas editoriales les mandaron libros de manera directa. Luego del cierre de acopio de este material por el Museo Nacional de Culturas Populares, IBBY México continuará con esta labor, somos tres entidades que estamos haciendo el mismo trabajo, y que los tres nos convertimos en el dispensario para los profesionales”.

Núñez informó que los libros se han movido desde el primer fin de semana. “Llegaron alrededor de 700 y se fueron casi de manera inmediata a algunas regiones de Puebla y de Oaxaca a través de las delegaciones de la Dirección General de Culturas Populares enviaron víveres y nosotros acompañamos esos víveres con libros”.

Cabe mencionar, agregó Núñez Bespalova, que el Centro de Cultura Digital, informó que estuvieron recibiendo libros. “Con ellos decidimos que esos libros dirigidos a niños de 0 a 3 años,  formaran parte del paquete de víveres en el que iba ropa, medicina, pañales, que se estaban haciendo para estos pequeños.

“Esa es quizá la única manera que tuvimos para entregar libros de manera directa, todo lo demás es a través de trabajo de mediación lectora”, apuntó.

La doctora en Filología Hispánica por la Universidad Complutense de Madrid, explica que un libro apoya a las personas a la reconstrucción emocional y espiritual.

“Hay niños que han tenido contacto directo con los libros, que no les extraña recibir de repente un libro junto con un bote de leche, pero habrá niños a los que sí, y es en donde entra la labor de mediación lectora. A lo mejor varios de esos niños, en estos momentos de crisis, van acabar siendo futuros lectores, pues aunque sea en estas circunstancias, estamos dándoles un pie de biblioteca, un objeto al que se están acercando a partir de esta circunstancia.

“Un libro lo que pretende es acompañar, no es de consumo inmediato, como puede ser un alimento, lo puedes estar consumiendo el resto de tu vida, lo que también pretendemos es que lo conserven y que sea el inicio de la recolección de acervos particulares y que le tengan cierto afecto”.

Puntualizó en decir en que el libro es un pretexto por parte de la Dirección General de Publicaciones para acercarse a la comunidad afectada. “Nosotros manejamos libro y lectura y es lo que queremos llevarles a las comunidades, porque es importante hacer comunidad, juntarnos, hablar, reunirnos, el libro puede ser un buen pretexto para iniciar una terapia de reconstrucción.

“El libro es un instrumento de apoyo, un instrumento que quizá también puede hacerte salir un poco de la realidad que se está viviendo, consolarte, ser un refugio. Me parece que a diferencia de los víveres de primera necesidad, los libros trabajan de manera más profunda, espiritual y en un tiempo mucho más largo”, acotó.

Hasta el miércoles 27 de septiembre se habían recibido poco más de 4 mil 600 libros. “Más adelante daremos una cifra de la cantidad de libros, las comunidades en las que se entregaron, y con qué asociaciones se trabajó”.

Finalmente Mariana Núñez adelantó que a partir de esta experiencia se va a hacer un protocolo de actuación, pensando en un futuro. “Nos parece que está muy bien que haya una reacción tan inmediata pero hay que pensar a largo plazo, nosotros tenemos un programa de corto, mediano y largo plazo, para estos días, en estos meses esto va para largo. La población en general también va a pasar por distintas etapas y hay que saber responder a ellas”.

El Museo Nacional de Culturas Populares recibirá libros hasta el domingo 1 de octubre en un horario de 10:00 a 18:00 horas. Se ubica en Hidalgo 289, en la colonia Del Carmen, Coyocán.