Por: Redacción

La obra maestra de Rodolfo Usigli, El gesticulador, cobró vida nuevamente en el Palacio de Bellas Artes pero a manera de lectura dramatizada, para celebrar sus primeros 70 años, ya que fue en mayo de 1947 cuando fue puesta en escena por primera vez.

Arlette Pacheco, Ángel Luna y Héctor Cruz, fueron los actores encargados de leer este texto teatral, en el que el protagonista toma la personalidad de un excombatiente ficticio de la Revolución mexicana y critica a los políticos de su tiempo.

Por ello, Arlette Pacheco recordó que “la puesta en escena de esta tragedia dio lugar a encendidas polémicas debido a su alto contenido político, pero dejando de lado este aspecto, El gesticulador se distingue por su tensión dramática y el uso notable del lenguaje teatral, cualidades que la han convertido en una de las más celebradas y representadas del autor”.

Escrita en 1938, publicada en 1943 y llevada al teatro durante 1947, esta obra de Rodolfo Usigli alcanza un extraordinario poder de sugestión y de dramatismo, porque no sólo demuestra la pintura de una situación política, sino también una serie de problemas familiares.

“La angustia íntima de un padre, el sentimiento de lealtad de la esposa que no se atreve a revelar el engaño, las vivencias de la hija ávida de afectos, orgullosa de su padre cuando en él se opera la metamorfosis, los celos inconscientes del hijo que contradictoriamente quiere alejarse pero también desea ser absorbido del todo por una supuesta verdad que se opone a la verdad de su padre”, explicó la actriz.

Los asistentes a esta velada, organizada por la Coordinación Nacional de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), pudieron disfrutar del primero de los tres actos de esta obra, en el cual se narra la llegada de la familia a un pequeño pueblo ubicado en el desierto.

Ahí comienzan los reproches de los hijos, quienes dejaron su vida, amores y perspectivas académicas por acompañar al padre en busca de un puesto tras las elecciones en el estado que es su nueva morada.

La aparición del profesor Oliver Bolton, de la Universidad de Harvard y su interés por la historia de un caudillo de la Revolución mexicana, desencadena la trama, donde el padre de familia, profesor especialista en esa gesta heroica, ve una posibilidad de negocio.

La lectura dramatizada del primer acto de El gesticulador, sin lugar a dudas dejó al público con ganas de conocer el segundo y tercer acto que, como señaló Arlette Pacheco, era el objetivo de esta tertulia literaria, ya que a pesar de estas siete décadas de distancia, es una obra que sigue vigente.