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Por: Oswaldo Rojas

“Es como si la Ciudad de México solo se dejara balbucear. Como si no se dejara decir” es una de las formas en que José Manuel Cuéllar Moreno, joven ganador del Premio Nacional de Novela Joven “José Revueltas” 2014, otorgado por el Conaculta a través del Programa Cultural Tierra Adentro, describe su galardonada novela Ciudademéxico. La trama inicia sencilla, es una mujer, Meche, que llega de Veracruz a México para cometer un asesinato sin embargo “En la ciudad los asesinos corren el riesgo de convertirse en víctimas”.

Otra de las tantas presentaciones de este libro se dio ayer en el Museo del Estanquillo, en la sala Carlos Monsiváis – muy intencionalmente por ser uno de los grandes cronistas de la ciudad -. El autor se vio acompañado del periodista cultural y conductor del programa Triángulo de letras Eduardo Limón y de Héctor Zagal, columnista y locutor para Noticias MVS.

Ambos mostraron su placer al leer la novela y coincidieron en que lo valioso de su lectura radica en que nos obliga a rememorar la ciudad en un proceso interno. Absolutamente subjetivo. De esta forma y contrariamente a lo que pudo haber pensado el autor en un inicio, Ciudademéxico se vuelve un anti épica.

“Quería ver que es la Ciudad de México y lo que uno se encuentra es que sí: es sus colonias, la ciudad es su gente, es un escenario que habitamos. Pero no se ustedes, yo a veces tengo la sensación de que ocurre exactamente lo contrario. Más bien la ciudad nos habita. Meche misma dice que siente que esta viviendo un vida gastada, una vida ya vivida muchas veces por Meches anteriores a ella[…] la pregunta por la Ciudad de México no la debemos encontrar afuera si no haciendo un ejercicio de introspección, de autoconocimiento. Es decir, la Ciudad de México pero como un sentimiento”.

La novela se cuenta como si fuera un diario para marcar ese sentimiento de subjetividad y apropiación de lo leído a través de nuestras propia experiencia en las calles, además de que Manuel Cuéllar quería generar un sentimiento de transgresión a la intimidad de su protagonista y un otro de culpabilidad en él lector que con su lectura contribuye a la desgracia de Meche.

“Lo que narro es una historia pero por debajo quería retratar el lento y sigiloso proceso de desgaste que nos ocurre a todos. Creo que en la Ciudad de México todo se desgasta, es su destino natural y peor, su vocación”.

Uno de los recurso que Cuéllar Moreno utiliza para dotar a la ciudad de humanidad es la nota roja, y aunque en un sentido tragicómico, es el medio en que ella puede tomar la palabra y dialogar con la protagonista. Al mismo tiempo se nos declara como una entidad que nos esta constriñendo a todos. Así, para entender la novela hay que leerla como una metáfora: una mujer que llega a matar a la ciudad.