Por: Carolina Carrasco

El mediodía de este martes, se celebró en la Basílica de Guadalupe la primera misa solemne en una lengua autóctona, el náhuatl, presidida por el Arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez, presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Bíblica, a la cual asistieron alrededor de 20 comunidades hablantes de la lengua, provenientes de Puebla, Veracruz, Jalisco, Edo. México y Distrito Federal.

En la ceremonia, el obispo de San Cristóbal, Felipe Arizmendi Esquivel, lamentó que “en vez de aceptar, respetar, valorar y promover la cultura de nuestros pueblos originarios, en particular su idioma, los hemos despreciado, infravalorado; los hemos calificado de dialectos, como si fueran una subcultura”. Aseguró que muchos mexicanos quisieran que no existieran los indígenas, y expuso que esto ocurre debido a que “no los conocen; por eso no los valoran ni les dan su lugar”.

Aseguró que “Dios, la virgen y la Iglesia los necesitamos”. “México no es México sin ellos. Ellos somos nosotros”, además que “es una pena y una vergüenza que la comunidad Náhuatl no cuente con una Biblia católica aprobada por la Conferencia Episcopal”.

De acuerdo con la fe católica, el náhuatl fue la lengua que habló la Virgen de Guadalupe en su diálogo con Juan Diego, en el cerro del Tepeyac, al norte de la capital mexicana.