Por: Redacción/

El Museo Mural Diego Rivera abrió sus puertas al público el 19 de febrero de 1988 con el objetivo de resguardar y preservar uno de los murales más emblemáticos de Diego Rivera: Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central.

Desde entonces, el recinto se ha convertido en un espacio que desde hace 30 años alberga obras cumbre del arte y este hecho lo celebrará con una serie de actividades que incluyen exposiciones, conversatorios y presentaciones de documentales.

En entrevista con la Secretaría de Cultura, Luis Rius Caso, director del Museo Mural Diego Rivera comentó que la conmemoración incluye convertir al recinto en un espacio referente en México y el mundo.

“Buscaremos crecer en exposiciones al extranjero, también ser un referente para repensar la historia del muralismo y sus posibilidades en la actualidad y para ser un espacio en donde se pueda reflexionar en torno a los problemas actuales del arte, por ejemplo, sobre el valor de la pintura”.

La tarde de este viernes 16 de febrero, el director del recinto encabezó la inauguración de la exposición Testimonios de un mural. 30 años del Museo Mural Diego Rivera, muestra con la que iniciaron de forma oficial los festejos por los 30 años de existencia del espacio.

En el evento también estuvieron presentes Magdalena Zavala, titular de la Coordinación Nacional de Artes Visuales del INBA y Miguel Ángel Rocha Valencia, gerente de Atención al Usuario del Sistema de Transporte Colectivo Metro.

Testimonios de un mural. 30 años del Museo Mural Diego Rivera está integrada por 50 imágenes, entre fotografías, planos y mapas, que de acuerdo con Luis Rius rinden un homenaje al profesionalismo de quienes rescataron el mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central después del sismo del 19 de septiembre de 1985.

“Es un homenaje para todos los que contribuyeron al recate de esta obra que se encontraba albergada en el Hotel del Prado y que tuvieron el profesionalismo de trasladarlo y posteriormente tener la visión de primero salvarlo y después construir este museo para albergarlo; es una muestra con la que celebramos el resguardo y preservación del mural para su buena salud”.

En esta exposición, el público encontrará fotografías (en blanco negro y color) en donde se retrata la construcción del museo, su fachada, los diversos movimientos que sufrió el mural en diciembre de 1986 y en donde se observa a Tomás Zurian descubriendo el mural en su nuevo recinto.

Asimismo se muestran imágenes de Diego Rivera pintando el mural, de panorámicas del mural hechas por el fotógrafo Nacho López, de la construcción y fachada del Hotel del Prado, de edificios dañados por el temblor de 1985, de la demolición del Hotel Regis y planos y fotografías panorámicas de la Alameda Central.

En estas obras, verán –agregó Rius Caso– cómo el mural está lleno de enigmas, cosas interesantes, y grandes polémicas. Además de que es una muestra que trata de establecer una línea paralela de la historia del museo con el mural.

“Se exhiben desde mapas y planos antiguos de la Alameda, pasando por el primer traslado que se hace del mural dentro del Hotel del Prado en 1960 y luego su segundo traslado que sucedió después del sismo, hasta que llegó al estacionamiento del Hotel Ritz y también la fundación de la Alameda hasta nuestros días.

“Se trata de un registro fotográfico que pretende ser paralelo a la historia que narra el mural que es la historia de la modernidad mexicana entendida desde la Conquista de México hasta el alemanismo que es lo que vive y narra Diego Rivera y que también muestra una interpretación muy crítica de la historia de México”.

Al finalizar la inauguración, se realizó la develación del boleto conmemorativo por los 30 años del Museo Mural Diego Rivera que emitió el Sistema de Transporte Colectivo Metro con una emisión de 10 millones de unidades.